Capitulo 1: acceso concedido

11 2 1
                                    

La alarma resonó en la habitación, interrumpiendo el escaso descanso que había logrado. Con un gruñido ahogado, me aparté las sábanas y me obligué a levantarme. Mis pies arrastraban su pesadez por el suelo mientras me dirigía hacia el tocador. Ante el espejo, observé mi rostro cansado, con las ojeras marcadas por las noches de trasnochar en busca de información sobre Taehyung y sus supuestos romances. Todo ese esfuerzo, solo para descubrir que era un absurdo rumor sin fundamento alguno.

El agua de la ducha fue como un despertar repentino, sacándome de mi letargo matutino. Atando mi corto cabello castaño en una coleta rápida, desayuné con prisa los últimos cereales que quedaban en la despensa. La mochila se llenó con mi ordenador, mi fiel compañero en la búsqueda de detalles sobre BTS, antes de salir hacia la universidad.

En la salida del edificio, me topé con mi arrendadora, una mujer mayor de aspecto afable. Intercambiamos saludos y algunas palabras.

—¿Cómo estás? Casino te reconozco, no es el aspecto que debería tener una chica de 22 años, casi te ves igual de vieja que yo— mencionó con una sonrisa.

Sus comentarios sobre mi apariencia solo alimentaron mi sensación de agotamiento. No era que tuviera mucha tarea, pero era una excusa conveniente para no explicar mi verdadera obsesión.

El trayecto en autobús fue una lucha contra el sueño, pero finalmente llegué a la universidad. Mis clases transcurrieron con normalidad, aunque ser la única mujer y extranjera en el salón seguía siendo una experiencia algo incómoda.

En una de las clases, nos asignaron trabajar en parejas en un programa. Sin mediar palabra, un compañero se sentó a mi lado. Ignorándolo casi por completo, asigné tareas sin mirarlo siquiera.

Yo revisaré estos puntos, tú encárgate de estos. Avísame cuando termines—, dije, sin prestarle mucha atención.

—Ok, no problem— respondió él.

Frunzo el ceño ante su respuesta en inglés. No era la primera vez que me pasaba, y comenzaba a ser molesto. ¿Acaso mi coreano es tan malo como para que me hablara en inglés?

—¿Tengo cara de que entienda inglés?—, inquirí con fastidio.

—Sorry—, se disculpó.

Rodé los ojos y continué con mi trabajo. Al menos ahora no me acosaban los chicos como solían hacerlo antes. Aunque salir con ellos me ayudó a practicar mi coreano, seguía siendo demasiado tímida para entablar conversaciones prolongadas. Mi profesor de coreano decía que solo me faltaba aprender un poco más de jerga, ya que hablaba de forma demasiado formal.

Mis clases regulares finalizaron alrededor de las 4 de la tarde sin ningún incidente destacable, excepto por la entrega de calificaciones. Afortunadamente, obtuve una nota lo suficientemente alta como para mantener mi beca al 100%. Al salir de la universidad, me dirigí a la facultad de lenguajes, donde asisto a clases de coreano. Es el único lugar donde puedo interactuar con otros latinos y extranjeros en general.

Lo bueno es que había estado estudiando coreano por mi cuenta desde antes de llegar a esta universidad hace dos años. Ya estaba inmersa en el idioma incluso cuando vivía en México, y continué mis estudios aquí, principalmente por la curiosidad y la esperanza de obtener más información sobre BTS.

Observé a una chica que estaba frente a mí, tenía una foto de JK en su teléfono. Sonreí para mí misma, sintiéndome un poco mayor de repente. No sé cuándo exactamente comencé a saberlo todo sobre ellos, cuándo fue la primera vez que busqué información privada sobre Taehyung, o cuándo conseguí ropa o artículos que ellos habían utilizado. En algún momento de mi vida, ser simplemente su fan dejó de ser suficiente; quería más.

Secretos de una SasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora