Capitulo 4: Los rumores

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*Narra Taehyung*

Me desperté sobresaltado por el ruido de mi teléfono, que insistía con varias llamadas perdidas de la empresa. Al contestar, me encontré con los rumores de que aparentemente estaba saliendo con Jennie del grupo Blackpink.

—No hay mejor manera de despertar —murmuré sarcásticamente, frotándome las sienes con los dedos.

Tomé una manzana para desayunar y me preparé para dirigirme a la empresa y cumplir con mis deberes del día. Aunque no estaba del todo satisfecho, sabía que tenía que aguantar el hambre hasta la tarde, pues había notado que había subido algo de peso últimamente. Antes de ir a la sala de prácticas, pasé a ver a la psicóloga, quien, en pocas palabras, me advirtió que si no mejoraba en unos meses, tendría que derivarme a un psiquiatra para recibir medicación.

Rápidamente me reuní con los chicos, donde, en tono burlón, comenzaron a molestarme con respecto a mi supuesto romance con la chica de Blackpink.

—Entonces, ¿cómo va nuestro enamorado? —preguntó Jin, dándome pequeños golpes con el codo.

Jimin, con su típica sonrisa traviesa, se unió a la broma:

—¿Has planeado ya vuestra próxima cita, Taehyung? ¿Quizás un paseo romántico por el parque?

Los demás estallaron en risas mientras yo intentaba mantener mi semblante serio, aunque por dentro me sentía un tanto incómodo con la situación. Estaba acostumbrado a los rumores y las especulaciones sobre mi vida personal, pero en ocasiones resultaba agotador.

Traté de desviar la conversación hacia temas más neutros, pero los chicos siguieron con sus bromas durante un rato más antes de centrarse en la práctica del día.

Después de varias horas de ensayo, finalmente tuvimos un descanso para comer. Mientras el resto del grupo se dispersaba por el estudio, decidí quedarme un momento a solas para revisar  mi teléfono. 

Decidí guardar silencio sobre los rumores de mi supuesta relación con Jenni, limitándome a informar a mi empresa que no había verdad en esas especulaciones. Después de todo, sabía que los fans pronto olvidarían el asunto y seguirían apoyándome como siempre lo hacían.En medio de mis pensamientos, Kook se acercó preocupado y se sentó a mi lado. Levanté la vista para encontrarme con su mirada inquisitiva, y aunque traté de ocultar mis emociones, sabía que no podía engañarlo.

―¿Estás bien? ―preguntó, buscando contacto visual.

―Sí, ¿por qué no lo estaría? ―respondí, sin levantar la cabeza.―¿No estás así por lo de Jenni, verdad? ―indagó Kook, intentando comprender mi estado de ánimo.―No... solo estoy cansado ―dije con un suspiro―. La gente inventa todo eso y realmente no tenemos tiempo ni para nosotros, mucho menos para una pareja.Kook inclinó la cabeza, como si estuviera evaluando mis palabras.―¿Será eso lo que te tiene así? ―inquirió.―¿A qué te refieres? ―pregunté, finalmente mirándolo a los ojos.Kook suspiró antes de continuar, con una mirada compasiva en sus ojos.―Bueno, hyung... ya tienes 28 años. Generalmente, a tu edad, ya deberías estar casado y, bueno... tú ni siquiera has tenido novia ―dijo con delicadeza.―Claro que he tenido ―respondí, defendiéndome―. ―Sí, claro... ¿cuántas de esas duraron más de un año? ¿O cuáles de esas fueron realmente una relación y no solo personas que tenían relaciones? ―cuestionó Kook, golpeando con suavidad el punto vulnerable.

Me quedé callado, incapaz de refutar sus palabras. Era verdad, había salido con muchas mujeres, pero ninguna relación había perdurado mucho tiempo. Cuando las cosas empezaban a volverse serias, siempre me encontraba alejándome, sumergiéndome más en mi trabajo y distanciándome de cualquier compromiso real.

Los comentarios de Kook me recordaron las preocupaciones de mis padres, su deseo de verme establecido y feliz. Aunque nunca me lo habían dicho abiertamente, sabía que anhelaban verme encontrar el amor y formar una familia. Pero con mi carrera en pleno apogeo, esas aspiraciones parecían cada vez más lejanas.Después de nuestra práctica agotadora, regresé a casa con un peso en el corazón, consciente de que mis luchas personales seguían persiguiéndome, incluso en medio de mi éxito profesional.

Absorto en mis pensamientos, entré en el elevador con la mirada perdida en el vacío. No me di cuenta de la presencia de la chica que se encontraba justo frente a mí, y al avanzar, la choqué casi arrojándola al suelo.

―Lo siento, no me fijé ―dije apresuradamente, extendiéndole la mano para ayudarla a levantarse.Ella aceptó mi ayuda en silencio, ajustando el cubrebocas que llevaba puesto.―¿Eres de servicio? ―pregunté, señalando su overol y el cinturón de herramientas que llevaba.―Sí, un gusto señor ―respondió con una reverencia.―Se...ñor? ―repetí, sintiéndome repentinamente mayor de lo que era.Ella salió rápidamente del elevador sin decir una palabra más, pero al pasar junto a mí, percibí un olor familiar que no lograba ubicar del todo.

Las puertas del elevador se cerraron, dejándome solo con mis pensamientos mientras me dirigía a mi departamento. Una vez dentro, el ambiente se sintió tan vacío como siempre. Preparé una comida rápida y me senté frente al televisor, dejándome llevar por los programas variados que se sucedían. A veces, observar a los artistas en la pantalla me hacía sentir como si fuera una persona normal, alejado por un momento de la presión y la fama que rodeaban mi vida diaria.

Mientras saboreaba mi comida y cambiaba de canal en la televisión, no pude evitar recordar brevemente el encuentro en el elevador. Aunque fue un incidente fugaz, algo en esa chica de servicio me llamó la atención. Sus ojos, ocultos en gran parte por el cubrebocas, tenían un brillo peculiar que me resultó intrigante. Eran lindos, de eso estaba seguro.

Sin embargo, no podía permitirme distraerme con pensamientos sobre una desconocida. Tenía suficientes preocupaciones propias como para sumarle un encuentro casual en el elevador. Aun así, su presencia había dejado una impresión en mí que no podía ignorar.

Dejando de lado mis divagaciones, me sumergí en la tranquilidad de mi departamento, alejándome temporalmente del bullicio del mundo exterior. Pero, por alguna razón, el recuerdo de esa chica de servicio persistía en mi mente, y me preguntaba si volveríamos a cruzarnos en algún momento.

Continuara...

cortito por que son las 2 de la mañana

Secretos de una SasaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora