ANW| donde candy díaz-rivarola descubre su verdadero yo entre comedias musicales y batallas de grupos
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donde un mundo nuevo se asoma en la vida de candy cuando dos nuevas personas vienen desde el sur.
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•°✧ ✧°• Los Días Pasan •°✧ ✧°•
—Destruido, destruido estaba, amiga, te juro —le contó Aldana a Candy mientras caminaban hacia el colegio.
Al terminar la fiesta, en la cual Candy había pasado un buen momento con Noah, ambas amigas tomaron caminos distintos y no volvieron a verse hasta esa mañana. Y al parecer, Candy se había perdido un acontecimiento importante, que era Guido siendo golpeado por un par de chicos que no iban a su colegio. Y Aldana había presenciado todo.
—¿Enserio? Ay, pobrecito —se compadeció Candy, llevándose una mano a la boca para cubrirla, sin ocultar su sorpresa—. ¿Sabes quienes eran?
—No los vi mucho, pero si escuché que le dijeron que se aleje de Luciana —se encogió de hombros—. Así que supongo que debe ser ese chico... ¿como se llamaba su ex?... ¡ah! Si, Gonzalo, debe ser Gonzalo.
Candy la observo por unos segundos sin decir nada y muy confundida.
—¿Y vos como sabes quien es su ex? —soltó una risa incrédula.
—Uy Candy, eso es porque no sos atenta, pero las chicas hablan, más si es para viborear, viste como es esto —la golpeó suavemente en el hombro—. Despertate un poco y abrí los oídos, consejo de amiga.
—Bueno, bueno, lo voy a meditar —negó sonriendo.
—¡Ah! —recordó algo súbitamente—. Y no sabes quien lo ayudo, nah, nah, me parece que tenías razón con lo de Josefina, eh. No solo se lo llevo con ella, sino que tendrías que haber visto lo preocupada que estaba esa chica.
La de cabello oscuro trago duro, mirando hacia otro lado—. ¿Viste? Es difícil no darse cuenta.
Aldana la analizó, viendo como se había incomodado por la mención de Josefina y su ex. Conocía a su amiga y por más de que siempre quisiera fingir que nada le afectaba, sabía que no estaba tan bien como decía.
—¿Y el chico rubio ese con el que estuviste toda la noche? Me contaste re poco —cambio de tema, reprochándole la falta de información.
—Ah, si, se llama Noah, me dijo que se mudó hace poco al barrio —sonrió con timidez al recordar—. Es un curso mayor, y al parecer empezó esta semana en el Pretty Land.
—¡Te re gusto! —Aldana la señaló, riéndose.
—No digas taradeces, fue una conversación más de amigos —negó rápidamente—. Recién lo conozco aparte.
—Si, si, no importa cuánto lo niegues yo te conozco Candelita.
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