𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏. [El 27]

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Daiana: entiende mamá, lo hago por el bien de todos nosotros.

Verónica: Eso lo entiendo, pero estás aquí, no tienes que tener miedo.

Daiana: mamá, Jorge es capaz de todo, se ha metido varias veces a la casa de noche a escondidas, yo lo conozco y sé que si no hago esto por las buenas, es capaz de hacerlo por las malas y eso es lo que quiero evitar.

Verónica: Ya decía yo que era raro verlo tan temprano aquí por las mañanas ¿y si lo denunciamos?

Daiana: ¡noooo! ¡Ni se te ocurra mamá! Deja que yo haga las cosas a mi manera.

Verónica: ¡Ay Daiana! está bien.

Perris: ¿Todo bien amor?

Daiana: sí, solo le estaba diciendo a mi mamá si me ayudaba con las maletas.

Verónica: si no hay de otra.

Perris: yo te espero abajo entonces.

Daiana: está bien.

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Horas después.

Perris: ya mandé a acomodar todo en casa.

Daiana: okay.

Perris: te ayudo con estas maletas.

Daiana: está bien.

Verónica: Dai ¿Estás segura que te quieres ir con él?

Daiana: sí mamá, no te preocupes, yo tengo Todo controlado, Ahora sí nos vamos a ver más seguido.

Verónica: Eso espero, si no puedes llamarme por teléfono y vamos por ti, por cierto ¿qué pasó con tu otro teléfono?

Daiana: no sé, cuando me llevaron, me lo quitaron y ya no supe nada más de él.

Verónica: mmm, De seguro se deshicieron de él.

Daiana: Pues sí, seguramente, pues ya nos vamos, nos estamos hablando después.

Verónica: Está bien, cuídate mucho mi reina.

Daiana: sí mamá, no te preocupes, adiós.

Verónica: adiós.

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En alguna parte de Culiacán Sinaloa, México.

Perris: ahora sí, Bienvenidos a su casa, Cómo ves, está todo acomodado para Lian.

Daiana: Sí, ya lo estoy viendo ¿pusiste todas sus cosas en un cuarto diferente?

Perris: Sí, para que tenga su propio espacio y nosotros el de nosotros, así ya no lo vas a poner de pretexto para estar conmigo, Dijo abrazándome por los hombros.

Daiana: mmm.

Perris: ¿sabes una cosa? te iba a reclamar por lo que hiciste con el nombre de nuestro hijo, pero creo que el Nini y El Piyi tienen razón, el nombre se escucha Chilo, Ahora puedo decir que tengo un hijo del gabacho, dijo con gracia.
Pero me hubiese gustado que lo decidiéramos juntos.

Daiana: pero si te desapareces es imposible.

Perris: ¡Ob Pues! estaba trabajando.

Daiana: pues como sea, además los nombres que tú elegiste Ninguno me gustaba.

Perris: ¡Oyeme! Pero bueno, por lo menos tiene mi apellido y cuando tenga la edad suficiente, le voy a enseñar sobre este negocio.

Daiana: ¡ni lo sueñes!

Perris: Por supuesto que sí, mi hijo tiene que estar en esto, igual que su padre.

Daiana: ya lo veremos.

Perris: ¿y ese teléfono de dónde lo sacaste?

Daiana: me lo dieron mis papás, porque les dije que no tenía.

Perris: ¿Por qué les dijiste? ¡dámelo!

Daiana: ¡No! ¡tú me prometiste que me ibas a dejar seguir con mi vida normal!

Perris: Pues sí, pero a ti te dan la mano y agarras el brazo completo mija.

Daiana: si quieres revísalo, pero no tengo nada más que el número de mis papás y mis primos.

Perris: que por cierto, se ve que a ninguno les caí bien.

Daiana: Pues porque los trataste muy prepotente.

Perris: ¿¡yo!? ellos empezaron a tratarme mal desde un principio ¿no les habrás dicho algo no?

Daiana: ¡que no! ¡ya olvídate de eso!

Perris: yo lo olvido, pero espero que sea así.

Daiana: voy con Lian...

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