𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒐𝒃𝒍𝒊𝒈𝒂𝒄𝒊𝒐́𝒏. [El 27]

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Perris: aquí estoy, dijo llegando rápidamente al hospital.

Elián: ¡Mira nomás quién llegó! el gran padre que brilla por su ausencia, siempre que se lo necesita.

Perris: yo no tengo por qué darte explicaciones a ti de lo que hago, En todo caso, se las tendré que dar a tu prima.

Elián: ni tampoco te las estoy pidiendo, pero siempre en los momentos que sí tienes que estar, estás ausente.

Verónica: ¡ya Elián! Este no es el lugar.

Perris: ¿Cómo está mi hijo?

Verónica: no lo sabemos, porque Daiana entró sola con el niño y todavía no han salido a decirnos nada.

Perris: pues yo voy a ver si me dejan verlo.

- ¿señora Verónica Martínez?

Verónica: soy yo.

- su hija la mandó a llamar ¿me puede acompañar?

Perris: ¿Por qué? ¿Qué le pasó a mi hijo?

Verónica: ¿a mí?

- Sí, acompáñeme por favor.

Verónica: okay.

Perris: Oiga, yo soy el padre y tengo derecho a estar con el y saber qué está pasando.

- está bien, usted también venga con nosotros...

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Daiana: Cuando llegamos al hospital, entre directamente a urgencias, donde tuve que entrar yo sola con Lian, porque a mi primo no lo dejaron pasar, un doctor lo revisó y dijo que tenía que quedarse internado, para realizarle todos los estudios de una vez, así que aquí estamos él y yo.

Perris: Ya llegué ¿cómo está?

Daiana: pues ahí va.

Perris: ¿Que tiene?

Daiana: todavía no me dieron un diagnóstico, Pero puede ser que tenga las defensas bajas.

Perris: me dijeron los muchachos que tu primo fue a nuestra casa ¿por qué hiciste eso?

Daiana: ¿es en serio? ¿tienes a tu hijo internado enfrente de ti y lo único que te importa es quién va a tu casa? para tu información, Elián nos fue a buscar a la casa, porque Lian se sentía mal y no había nadie que nos pudiera traer, así que solo lo hice pensando en mi hijo.

Perris: tienes razón, perdóname.

Daiana: Y antes que empieces a decir que primero te tenía que haber avisado a ti, te dejé miles de llamadas y mensajes, pero nunca contestaste.

Perris: ya lo sé, es que tenía mucho trabajo, últimamente el trabajo se nos ha multiplicado a todos, por eso estoy llegando más tarde de lo normal.

Daiana: Ajá, sí claro.

Perris: no te enojes amor, no es que yo no quiera, si fuera por mí, estaría todo el tiempo con ustedes, pero...

Daiana: ¡Ay sí sí Jorge! Siempre es lo mismo, según tú, llegas tarde porque ahora les han multiplicado el trabajo a todos, Pero casualmente tus amigos, Néstor y Mario, tienen tiempo para pasar a visitar a tu hijo, pero tú nunca estás.
Cuando nació, tú no estuviste, cuando empezó a comer, tampoco estuviste, cuando empezó a gatear, no estuviste, Cuando dio sus primeros pasos, tampoco estuviste ahí, Cuando empezó a hablar, en fin, nunca estás.

Perris: tienes razón, dijo con sus ojos llenos de Lágrimas y su cabeza agachada.
¿Pero sabes que? eso ya no va a ser así, voy a bajar un poco la cantidad de trabajo, para poder estar juntos.

Daiana: haz lo que quieras, solo te voy a decir una cosa, si tengo que llevarme a mi hijo a otro lugar para que se recupere y esté bien, lo voy a hacer y no te voy a pedir permiso, total, es más hijo mío que túyo.

- señorita, aquí está su mamá.

Daiana: Ah okay, Gracias... ma ¿te puedes quedar poquito con Lian? en lo que yo voy a hablar con el doctor y firmar los papeles, para que le hagan los estudios de una vez.

Verónica: Claro que sí mi amor, yo me quedo.

Daiana: gracias, ahorita vuelvo...

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Piyi: ¿todo bien? ¿Qué pasó?

Nini: ¿cómo está?

Perris: muy mal, me duele mucho verlo así, además Daiana me dijo muchas cosas... que me había perdido de los momentos más importantes y tiene razón.

Piyi: Pues sí, si no te hubieses pasado más tiempo metido en ya sabemos dónde, no te hubieses perdido de muchas cosas, pero ya es tarde para arrepentirse de eso.

Perris: Ya lo sé, las cosas que pasaron, ya no se pueden cambiar, pero lo que todavía no pasó, sí.

Piyi: ¿Qué vas a hacer? ¿¡a dónde vas!?

Nini: déjalo que se vaya, tiene que despejar su mente.

Piyi: Pues sí.

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Perris: ¡Qué estás haciendo aquí!

Mariana: Pues vine a ver a mi sobrino y cumplir con mi papel de buena Prima, ya ves que hicimos las pases con mi primita, la muy tonta se lo creyó y no sabe que compartimos a su marido, dijo con burla.

Dana: ¿qué? ¡hija de su pinche madre!

Matías: chsss ¡Cállate que nos van a descubrir!

Perris: ¡Cállate el hocico! ¡tú no tienes nada que estar haciendo aquí!

Mariana: además vine porque tengo que hablar contigo.

Perris: ahora no puedo ni me importa, cuando tenga ganas y tiempo, te busco.

Mariana: ¡y cuándo será ese tiempo! cuánto tiempo te Tendremos que esperar tu hijo y yo.

Perris: ¿Qué?

Mariana: Sí, yo también te voy a dar un hijo, dijo acariciando su vientre.

Dana: ¿Quéeee? ¡Ay no no wey! Creo que me estoy empezando a sentir mal.

Matías: ¡ya cálmate Dana!

Dana: dime que escuchaste lo mismo que yo.

Matías: Sí wey.

Dana: de ese vato no me importa, pero ella, ella es su prima wey, no mames.

Matías: Pues sí, pero ya sabes que ella siempre quiere lo que Daiana tiene.

Dana: Pues sí, pero no mames.

Matías: vente, vamos a pasarles por un lado a ver qué hacen.

Dana: vamos.

Matías y Danna: buenas, dijeron llegando a la puerta del hospital.

Perris y Mariana: hola.

Dana: vinimos a ver a Lian ¿cómo está?

Perris: no muy bien, está internado y le van a hacer muchos estudios para ver que tiene, Daiana y mi suegra están con él.

Dana: Okay, vamos a pasar a verlo, con permiso.

Perris: pasen... más te vale que no hayan escuchado nada de esto, porque si no te juro que te mato.

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