PIMIENTA | ONE SHOT JENLISA & CHAESOO

Parte 3

Complejo hotelero Cavo Tagoo Mykonos
12:06 a.m.

Pov. Lisa

—No… ¿Y yo? Una estúpida queriendo preparar nuestra renovación de votos. Ahora que se joda. No le voy a hacer nada —dice amargamente Jisoo tomando de porrazo su quinto shot de whisky

—Sí señora. Ya lo dijiste como cinco veces desde que llegamos —contesto y levanto la mano para pedir la cuenta del bar del hotel— y ya es hora de irnos. Ven, te llevaré a tu cuarto.

Pongo su brazo izquierdo sobre mi hombro y dejo que su peso caiga sobre mi parcialmente. Ella había querido venir aquí un rato porque no quería encontrarse con Rosé cuando llegara y yo la acompañé porque tampoco quería ver la cara  de Jennie.

Estaba indignada más que enojada. Ósea una se va al baño y dos segundos después ¿ya te remplazan? Que falta de respeto.

¿Y nosotras qué? ¿Estábamos pintadas o éramos de adorno?

Camino con mi amiga a cuestas y con esfuerzo logro meternos en el ascensor para llegar a nuestra planta. Le pido que me dé su tarjeta para abrir su puerta y después de asegurarme que puede entrar por si misma, me giro al frente para entrar yo también.

Lo primero que veo, son las luces encendidas y me preparo. No quería hablar con Jennie en este momento así que simplemente había decidido ignorarla. Básicamente ella también lo había hecho primero así que no tendría por qué quejarse.

Me quito los zapatos y los acomodo en la entrada para seguir mi camino hacia el cuarto, pero no contaba con ella estuviera a mitad del camino en el recibidor.

—Amor ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada —dice y no puedo evitar soltar un bufido

¿Encima tenia la poca vergüenza de reclamarme? Mira si es cara dura.

No respondo. Paso de frente y abro mi maleta para sacar una toalla y ropa interior limpia. Me iría a bañar.

—¿Lisa? Te estoy hablando —repite llegando a mi lado y nuevamente hago como si no existiera.

Me meto al baño y cierro con seguro por dentro. No quería que también me siguiera aquí así que era mejor asegurarse.

Abro la ducha y me meto al agua fría para que se me pase todo el malestar de la tarde pero no lo consigo del todo. El espantoso bichito de la rabia y los celos me seguían molestando por dentro.

Termino, me envuelvo en la toalla para secarme  y decido cambiarme ahí mismo en el baño. Me seco el cabello lo más que puedo y lo dejo cayendo sobre mis hombros desnudos.

No había traído mi camisa de pijama así que me resigno a salir solo en ropa interior. Arreglo el baño y me lavo los dientes haciendo tiempo para que ojalá Jennie hubiera decidido dormirse y dejarme espacio, pero muy en el fondo sabía que no iba a pasar.

Desbloqueo la puerta y como pensé estaba sentada encima de la cama con las manos unidas sobre sus piernas y la expresión de culpa marcada en su rostro. Se veía tan tierna que por un instante tengo el impulso de avanzar hasta ella y robarle un beso, pero me detengo.

Camino por su costado hasta mi maleta y saco un poleron ancho que me cubre justo por debajo de las nalgas mientras siento su mirada clavada en mi espalda.

—Cariño ¿podemos hablar? —pregunta tímidamente y mi corazón se agita al oírla, pero me niego a responder.

Mi celular vibra y voy a tomarlo en mi mesa de noche. Era mi mamá preguntando cómo habíamos llegado y le respondo con una sonrisa por la tierna foto que me envió de Love y Kuma. Siento que Jennie se acerca a mi lado despacio y bloqueo el teléfono para dejarlo a un lado.