Ella llego a su vida a enseñarles qué no estan solos, que estar mal esta bien. Que cualquiera puede cambiar. eso hace que ellos estén locos por ella.
Ella está tan enamorada de ellos que daría todo por amor. Aunque eso implique dejarlos seguir su c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Ya está decidido y no discutas más. - dijo empezando a enfadarse.
- ¡Pero padre, no quiero ir ahí! - Suplicó.
- Cariño, ya lo hablamos con tu padre. Solo te queda aceptarlo. - dijo con pena.
- Pero yo quería ir a Hogwarts mamá. Tenemos tiempo para poder cancelar la invitación. - dijo la niña con las pocas esperanzas que le quedaban.
El hombre arto, se levantó con brusquedad de la silla y se dirigió hacia la castaña la cual levantó con fuerza y sin cuidado.
- ¡Suficiente. Vete a tu habitación y no salgas hasta que sea el día de tu partida a Durmstrang! - le gritó preportente a la niña.
Con lágrimas en los ojos, la pequeña se encaminó hacía su dormitorio. La mujer miró a su hija con tristeza y lamentándose por no poder hacer nada en contra de los malos tratos hacia la niña.
- Para lidiar con esa niña tienes que ser mano dura, Leanne. - se giro a la mujer.
Ella se quedó callada y con la mirada baja. Sin decir más, el hombre retomo su asiento para seguir cenando. Luego se encargaría en que la pequeña recibiera un castigo.
(...)
- ¿Qué dijo tú padre? - pregunto el castaño con nervios.
- Dijo que al final si iríamos a Hogwarts. - se detuvo para suspirar - No se cómo le hizo mi madre para convencerlo. - dijo el rubio.
- Fácil, manipulando. - habló el pelinegro desde la ventana del cuarto.
- La pregunta es ¿Con qué?
- Eso no importa, lo bueno que logramos nuestro objetivo. - Dijo Draco tomando asiento en la cama.
- Si pero les digo mis condiciones desde ahorita. Si se meten en problemas inútiles, fingir que no los conozco, no les brindaré ayuda con las materias, si estoy en la biblioteca ni siquiera se asomen y si compartimos habitación, no se acerquen a mis pertenencias. - advirtió Tom.
- Pero soy tu hermano. - se quejo Matthew.
- Por desgracia. - se lamento el pelinegro.
Tom tuvo que poner su mano enfrente de su cara para evitar el impacto de la almohada en esta. La cual se la lanzo su hermano.
- Estás muerto. - fue lo único que dijo para empezar a perseguir al castaño por toda la habitación.
