1. Corazones en sintonía

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—¡Jimin hyung!

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—¡Jimin hyung!

La voz agitada de otro omega se escuchó dentro del pasillo de la facultad. Con el rostro sonrojado y un abrigo afelpado, el pelinegro corría con su morral en la espalda y una maqueta abrazada al pecho. Los estudiantes rehuyeron de la figura apurada mientras atinaban a moverse hacia las esquinas en un intento de dejar el camino libre para el omega.

Jimin volteo en dirección del llamado encontrándose con el dueño de la voz. Era Jungkook, presentía que iban lo suficiente tarde a clases para que el pelinegro lo buscará con tanto escándalo. Ajusto a su pecho la maqueta entre sus brazos y volvió a mirar el alfa enfrente de él. La expresión seguía siendo la misma, pero los ojos de un color negro puro brillaban como si por primera vez admiraran la mismísima obra de arte de Van Gogh.

El lobo de Jimin dio vueltas en su interior sintiéndose ansioso de tener la completa atención del alfa. No pudo evitar sonrojarse y reforzar el leve sonrojo que pintaba sus mejillas debido a la fría mañana.

En ese instante, como un comportamiento primitivo, el omega alzó levemente su nariz olisqueando el aire para encontrar el aroma del alfa.

No pudo oler nada, la gripa estaba en su máximo punto impidiendo que la congestionada nariz pudiera funcionar correctamente. Jimin estornudó dos veces, su cabello blanco se agito con los estremecimientos mientras su lobo aullaba desanimado.

—Lo estaba buscando, hyung. La clase empezará en dos minutos —jadeo el omega con su respiración a tope —¡Vamos!

Sin esperar respuesta, Jungkook tomo la mano de su amigo y lo jalo en dirección a las escaleras.

—¡Espera, Jungkook!

El omega de labios abultados ejercicio un poco de fuerza en su puesto tratando de detener el intrépido agarre del menor. Aun así, su esfuerzo fue en vano. Doblando su fuerza, Jungkook lo arrastró a unos metros lejos del tablón. Jimin siseo cuando su lobo refunfuño dentro de él por ser alejado del alfa.

El sentimiento lo tomo desprevenido y sin querer, el omega se zarandeó del agarre logrando que la maqueta se resbalara de su brazo izquierdo.

—¡No! —grito con miedo tanteando su voz.

Todo pasó en cámara lenta, Jimin recordó el trasnocho del día anterior. Cada parte del edificio plasmado en la estructura tenía un esfuerzo torturoso de noches sin dormir y días sin salir del dormitorio. Ver la maqueta caer lentamente enfrente de su rostro y seguir siendo arrastrado por Jungkook, solo ocasionó que lloriqueara lastimosamente por observar todos sus esfuerzos irse al caño.

Sin embargo, cuando menos lo pensó y la maqueta estaba a punto de reventar en el piso, el alfa de cabellos negros y mechones blancos se movió rápidamente y rescato el proyecto a unos centímetros de la baldosa.

Jungkook se detuvo en ese instante y Jimin suspiro nerviosamente al presenciar el casi cero en la nota del proyecto.

—¿Qué pasa, hyung? —pregunto inocentemente el menor.

Cortejo de un Pingüino / YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora