5. Un tierno alfa al asecho

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Canción recomendada: ✨Dandelions✨ de Ruth B

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La universidad de Seúl era una de las más prestigiosas de Corea. Siendo una de las primeras en ser fundadas y contando con una buena obtención de recursos por parte del estado, egresaba profesionales de alta calidad en cada uno de los campos del conocimiento. Las becas que otorgaban eran contadas y con requisitos sumamente estrictos, una forma de obtenerlas y aplicar a los beneficios era por medio de las transferencias de un complejo universitario a otro.

Este era el caso de nuestro alfa pingüino. Yoongi estaba justamente en esa universidad por la asesoría de sus padres y el castigo de un profesor. La familia Min no contaba con una exuberante riqueza, pero tampoco con unas tres monedas en el bolsillo, al contrario, se podía decir que eran estables económicamente. Por lo tanto, la falta de dinero para costearse un semestre no era la razón de postularse a una beca.

Todo empezó cuando el profesor de gestión de proyectos musicales había castigado al alfa por dormirse en plena clase. Se suponía, que aquel arreglo que debía hacerle a la mezcla musical creada por unos chicos de primer semestre significaba un "terrorífico castigo", de hecho, se catalogó por muchos como difícil e imposible. Sin embargo, para Yoongi fue igual de fácil como perderse en cualquier lugar que visitaba.

Los excelentes resultados fueron bien recibidos por el profesor de lentes negros que tenía poca fe en el alfa. En efecto, el hombre se vio impactado por la joya musical que había arreglado Min. En ultimas instancias, los giros de la vida y la insistencia de sus padres, llevaron a que Yoongi aceptara la beca propuesta por la universidad de Daegu.

De tal forma, mientras intentaba hacer el collar para Jimin, el alfa agradecía haberse dormido aquella tarde otoñal en las instalaciones de la universidad. Aunque... una de las razones que aturdía su concentración en medio de la cama y con las piernas entrecruzadas, era el parloteo sin fin de Seokjin.

Simple y sencillo, Yoongi convivio los años de su infancia y adolescencia con Seokjin, lo estimaba y quería como un gran hermano. Pero cuanto deseaba en esos momentos ponerle una cinta en la boca y mandarlo a dormir.

—Namjoon es tan... divino.

El suspiro irrumpió en el dormitorio que compartían los dos amigos. El rubio acostado bocarriba, se acomodaba con una almohada debajo de su cabeza y otra apretujada contra su pecho.

—Después de desayunar fuimos a una de las ferias musicales. Escuchamos varios cantantes y nos divertimos jugando en los puestos de calle. A la hora de almorzar, me invito a uno de los restaurantes de Gang-Nam y comimos distintos platos de mar mientras bebíamos vino.

Detalle por detalle era referenciado con una resplandeciente sonrisa. Yoongi continuaba en su trabajo de moldear el alambre a la piedra de un color lila, los ojos se achicaban y los delgados labios se entreabrían como muestra de suma concentración. La pinza entre los dedos del alfa se giró unas cuantas veces pudiendo cumplir su objetivo.

Cortejo de un Pingüino / YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora