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Samantha observaba desde la distancia cómo Félix se mezclaba con el grupo de amigos de su hermano mayor, Osvaldo. Con su cabello rubio cayendo en delicados mechones y sus ojos cafés destellando con determinación, no pudo evitar sentir una mezcla de envidia y disgusto. Félix, el mejor amigo de su hermano, era todo lo que ella no era: oscuro, misterioso y, para su disgusto, increíblemente atractivo.

Cada gesto de Félix parecía desafiarla, desde la manera en que se inclinaba hacia adelante con confianza hasta la forma en que su sonrisa socarrona iluminaba su rostro blanco y pálido. Samantha apretó los puños, sintiendo la rabia burbujeando en su interior. ¿Cómo podía Osvaldo preferir la compañía de Félix sobre la suya?

Desde el momento en que Félix ingresó en sus vidas, Samantha lo había visto como una amenaza. No solo representaba todo lo que ella no era, sino que también parecía robarle la atención de su hermano. Cada vez que Félix y Osvaldo pasaban tiempo juntos, Samantha se sentía más marginada y resentida.

Mientras observaba cómo Félix se reía con Osvaldo, Samantha apretó los dientes. No entendía qué veía su hermano en él. Félix era arrogante, presumido y, en su opinión, completamente indigno de la amistad de Osvaldo. Pero, por alguna razón, Osvaldo lo idolatraba, como si Félix fuera la personificación misma de la perfección.

Con un suspiro de frustración, Samantha se alejó, prometiéndose a sí misma que nunca dejaría que Félix se interpusiera entre ella y su hermano. No importaba cuán convincente fuera Félix, ella siempre estaría ahí para proteger a Osvaldo de su influencia corruptora.

Samantha continuó su camino, sintiendo el peso de la antipatía hacia Félix en cada paso. A pesar de sus esfuerzos por apartar sus pensamientos, la imagen de Félix y Osvaldo riendo juntos seguía atormentándola.

Cada vez que Félix estaba cerca, Samantha sentía una mezcla de irritación y fascinación. No podía negar que, a pesar de su desagrado por él, había algo magnético en la presencia de Félix que la mantenía cautiva.

Pero cualquier pensamiento de atracción estaba rápidamente sofocado por la ira. Félix representaba todo lo que ella detestaba: arrogancia, confianza excesiva y una presencia dominante que eclipsaba todo a su alrededor.

Sin embargo, por más que intentara ignorarlo, la conexión entre Félix y Osvaldo seguía siendo un misterio para Samantha. ¿Cómo podía su hermano, que solía ser tan cercano a ella, preferir la compañía de alguien como Félix?

Con determinación renovada, Samantha se juró a sí misma que encontraría una manera de separar a Félix de su hermano. No importaba cuánto tiempo le llevara o qué tenia que hacer, ella haría lo que fuera necesario para proteger a Osvaldo de la influencia de Félix.

Con esos pensamientos resonando en su mente, Samantha se alejó del grupo de amigos, decidida a encontrar una forma de frustrar los lazos que unían a Félix y a su hermano

Samantha pasó el resto del ñdía sumida en sus pensamientos, maquinando planes para poner fin a la relación entre Félix y Osvaldo. Cada idea que surgía era más descabellada que la anterior, pero estaba determinada a encontrar una solución.

Decidió que lo primero era hablar con Osvaldo. Necesitaba entender qué era lo que veía en Félix, qué los hacía tan cercanos. Quizás si lograba comprender la razón detrás de su amistad, podría encontrar una manera de romper ese vínculo.

Sin embargo, cuando Samantha buscó a su hermano para tener esa conversación, se encontró con una pared de resistencia. Osvaldo parecía completamente ajeno a sus preocupaciones y se limitaba a rechazar cualquier intento de discusión sobre Félix.

Frustrada pero no derrotada, Samantha decidió que necesitaba adoptar un enfoque diferente. Si no podía convencer a Osvaldo de alejarse de Félix, entonces tendría que encontrar una forma de alejar a Félix de Osvaldo.

Con esa determinación en mente, Samantha comenzó a trazar un plan. Sabía que no sería fácil, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para proteger a su hermano de la influencia de Félix.

"Unexpected affection"||riverduccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora