010

44 10 0
                                    

Los piratas continuaron festejando durante toda la tarde, y a medida que avanzaba la noche, algunos de ellos ya habían perdido el conocimiento debido a la cantidad de sake que habían consumido. A pesar de eso, el ambiente era festivo y todos charlaban felices. Venus estaba sentado junto a Deuce, aunque habían bebido tanto como los demás, parecían ser los más serenos de la tripulación.

Ace observó a Venus de reojo mientras charlaba alegremente con Deuce. Venus sostenía un gran vaso de sake, y sus mejillas estaban sonrosadas. Recordando todo lo que habían pasado juntos y lo que había sucedido en Loguetown, Ace sintió la necesidad de disculparse con Venus.

Cuando Venus se encontró con la mirada de Ace, este le hizo unas señas para que fueran al bosque. Discretamente, ambos se alejaron de la fogata. Aunque Deuce se dio cuenta de su partida, había notado que los dos se comportaban de una manera muy extraña.

El bosque no estaba tan oscuro esa noche, gracias a la media luna que iluminaba el camino. Caminaron en silencio, al principio Ace lideraba el camino, pero pronto se perdió en sus pensamientos y Venus tomó su lugar, guiándolos hacia un claro en el bosque.

Una vez llegaron al claro, Venus se sentó primero y Ace se sentó frente a él. Aunque Ace seguía pensando en qué decir, ambos se quedaron en silencio. Venus agitó su mano suavemente para llamar la atención de Ace.

"Capitán", dijo Venus con suavidad.

Ace vio a Venus a los ojos y finalmente habló.

"Soy el hijo de Gold Roger", dijo Ace, mirando fijamente a Venus. En su mente, Ace imaginaba que Venus se sentiría asqueado o lo miraría con desprecio, ensuciado por su linaje. Ace se perdió nuevamente en sus pensamientos, temiendo la reacción de Venus.

Venus habló con una voz suave, interrumpiendo los pensamientos de Ace.

"Lo siento, capitán", dijo Venus con una pequeña sonrisa. "Yo ya sabía que eras el hijo de Gold Roger. Lo supe desde el principio, usted no es muy bueno guardando secretos".

Ace se sorprendió por la respuesta de Venus, sintiéndose un poco asustado por su propia revelación.

"Además, yo tenía razón", continuó Venus con una sonrisa pícara. "El hijo de Gold Roger es guapo, sexy, ardiente y además todo un caballero en la cama", dijo Venus, comiendo con la mirada a Ace.

Ace se sonrojó ante esa declaración, su cara estaba tan roja que parecía una fresa. Recordando lo que había hecho con Venus, sus hombros se encendieron. Ambos comenzaron a reír a carcajadas, liberando la tensión acumulada. Pasaron unos minutos riendo, y luego se quedaron en silencio, ambos tumbados en el pasto, observando las estrellas en el cielo nocturno.

De repente, Venus rompió el silencio con una confesión inesperada.

"Yo odio a mi padre", dijo Venus mientras cerraba los ojos.

Ace escuchó en silencio, sintiendo la tristeza en las palabras de Venus.

"Él era un científico al que le gustaba experimentar con humanos, creaba frutas del diablo artificiales", suspiró Venus. "Y aunque yo fuera su hijo, eso no lo detuvo para experimentar conmigo", agregó con una sonrisa triste.

Venus sacó una de sus dagas y se hizo un corte en la palma de la mano. Ace se sobresaltó ante la acción.

"¿Estás bien?", Ace se acercó preocupado.

"Estoy bien", Venus lo detuvo con la otra mano. Unas gotas de sangre cayeron al pasto, y Ace observó fascinado cómo la sangre se movía de un lado a otro antes de darse cuenta de que la herida de Venus se curó instantáneamente.

Ambos se miraron, compartiendo un momento de asombro y complicidad, mientras el claro del bosque se llenaba de un aura mágica y misteriosa.

<< Mi capitán Ace >> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora