HANDSOME AS HELL

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Ya había pasado un mes entero, Yeonjun tenía un nuevo auto, pero sus encuentros seguían ocurriendo, siendo ahora que el mayor recogía a Beomgyu y lo llevaba a los rodajes.

Era increíble estar con él. Beomgyu adoraba cuando Yeonjun lo jalaba hacia él, adoraba cuando Yeonjun lo besaba y más cuando lo...

Su cara se puso roja, incluso aunque nadie pudiera verlo.

Yeonjun estaba recostado a un lado de él, dormido y sin ropa. Solo así Beomgyu se dio cuenta de su propia desnudez.

Lo peor es que lo recordaba todo, lo que pasó la noche anterior. Se había acostado con Yeonjun.

Por Dios... su primera vez había sido con Choi Yeonjun.

Y aunque quisiera no se arrepentia, no se arrepentía de haberlo hecho a pesar de que llevaban saliendo solo un mes.

Era pronto, pero Beomgyu lo deseaba, se levantó de la cama para ponerse algo de ropa.

Tuvo un recuerdo, de cómo Yeonjun tiraba la ropa al piso y sus manos se enterraban en el cabello de Beomgyu.

—¿Beomgyu? — Habló Yeonjun, su voz ronca hizo que Beomgyu sintiera un escalofrío, hace unas horas decía su nombre de otra forma.

—¿Si? — Su voz salió un poco temblorosa, apenas llevaba una camisa larga y sus calzoncillos.

Yeonjun se sentó en la cama, la sábana le tapaba de la cintura para abajo. Abrió los ojos un poco adormilado, vio a Beomgyu ahí parado con su camisa luciendo tan adorable, sonrió de lado. Así de adorable se veía anoche en su cama.

Se levantó para ponerse su bóxer, Beomgyu intentó no mirar.

Vaya.

Yeonjun se paró a un lado de él, le sacudió el cabello y lo beso en la mejilla.

—Estas hermoso.

—No hagas eso. — Comentó Beomgyu.

—¿Hacer que?

Confundirme. Pensó Beomgyu.

No eran pareja, solo eran personas que sentían atracción física mutua, no había sentimientos de por medio, aunque en realidad nunca lo habían hablado, Beomgyu sospechaba que lo que tenían no podía ser una relación amorosa.

Choi Yeonjun jamás se enamoraría de él.

—Iré a preparar el desayuno. — Yeonjun salió de la habitación, dejando a Beomgyu solo.

Beomgyu aprovechó la situación para observar el cuarto. Todo se veía tan ordenado, había una estantería con algunos libros, acomodados en un orden de tamaño.
En otra repisa encontró fotos, en una salí Yeonjun con una mujer y un hombre, probablemente sus padres, en otra foto estaba Yeonjun de pequeño, sentado en una mesa con un pastel.
Beomgyu solo sonrió, se imaginaba a Yeonjun siendo un chiquillo travieso, característica que le siguió en la adultez, pues aunque pareciera que el pelinegro es alguien serio y frío, en la intimidad es alguien gracioso y juguetón.

Beomgyu salió de la habitación al escuchar su nombre ser llamado.
En la sala se encontró al gatito de Yeonjun, este se le acercó y lo empezó a acariciar con su cuerpo. Beomgyu sonrió por la acción del animal.

—Parece que a peluche le agradó.

Yeonjun quien estaba poniendo unos platos en la mesa, soltó una pequeña risa al escuchar el apodo. —¿Peluche? Mi gato no se llamará así.

—Ni siquiera le has puesto un nombre, peluche le sienta bien, ¡Mira! Le gustó. — Beomgyu abrazó al gato después de escucharlo ronronear

—Como sea, solo come.

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