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Los días transcurrían y la tan esperada boda se acercaba. A un día de la celebración donde Navier se uniría en matrimonio con el rey Heinrey de Occidente. Por lo que los invitados comenzaban a llegar.
Los padres de Navier y su hermano estaban hablando sobre la boda, hacían preguntas a la rubia, querían conocer más a Heinrey y su familia.
—Heinrey de familia directa solo tiene a la princesa Ulani. Cuando llegue de su viaje me gustaría presentarselas.
—Para nosotros sería un honor conocer a la princesa.
—Además de que su alteza fue de ayuda para mi hermana en su llegada a Occidente.
—En ese caso estaríamos honrados de tener la oportunidad de agradecer por lo que hizo. -respondió el duque Trovi
Sin estar presente Ulani se llevaba buenos comentario hacia su persona, la familia de Navier estaba agradecida con ella por que para nadie era un secreto que en el pueblo se rumoraba por la futura reina, que si ya estaba casada, que si era infertil y muchos expresaban no quererla, por supuesto todo esto sin conocerla.
La princesa se dio cuenta de la magnífica personalidad de Navier desde que su hermano hablaba encantado de ella, pensaba en ella todo el tiempo soltando comentarios sobre lo maravillosa que era la ex emperatriz de Oriente.
Y cuando llegó su cuñada a Occidente ella no dudó en enseñarle el palacio, donde ella vivía y apoyarla en todo. Con la popularidad de Ulani, Navier se estaba ganando a las personas que no podían darse el lujo de conocerla.
—La princesa fue muy amable conmigo padre, y es muy querida por todos.
—¿Y cómo es ella? -habló con curiosidad su madre llamando la atención del rubio menor
—Físicamente la pueden observar en los cuadros del palacio. -habló Kosair
—Así es. –asintió Navier
—Cuando caminemos a nuestros aposentos sin duda admiraremos a la princesa. -asintió
El día transcurrió con tranquilidad, y la boda ya había llegado. Todos estaban nerviosos, emocionados y a otros pocos se les notaba la amargura a kilómetros. Pero en especial el rey estaba histérico.
—Debes tranquilizarte, ella llegará.
—Mckenna ¿y si le sucedió algo? —se encontraba asustado por la tardanza de su pequeña y adorada hermana.
—Ella está bien, tranquilo.
—Me dijo que llegaría ayer al anochecer, ¿que hago yo sin mi hermana en este día tan importante?
—Tranquilo, prepárate para la boda, yo iré a buscarla.
