♤el maldito reloj♤
Elian
Observo unos documentos sobre mercancía importante, alguien ha estado desviando mi mercadería y me parece algo muy valiente de esa persona.
— tío, ¿podemos ir a pilotar hoy? —me quito los lentes y veo a Dalton, esta parado en el centro de la oficina con su habitual ropa negra.
— tal vez —rueda los ojos, acto que me recuerda mucho a Dimitry.
— si, no me acompañaras deja que lo haga Donovan o alguien más —lo observo, cuando es así solo me recuerda a su madre.
— yo te llevaré, quiero que veas algo— al igual, como con mi hermano, a el tampoco puedo decirle que no a algo que me pida.
— ¡Dalton!, deja de molestar a tu tío— dirijo mi mirada hacia la mujer que se atreve a gritarle a mi sobrino.
— ¿con qué derecho le gritas a un Wolf?— me ve y baja la mirada.
— lo siento, pero me dijiste que no querías que nadie te molestara.
— Dalton no es nadie, Dalton es un Wolf y si el quiere pasar el día conmigo a si será, te guste o no Dulce.
— y ¿por qué no dejas que nuestro hijo pase tiempo contigo?.
Tenso la mandíbula, maldita mentirosa — tu hijo no es de mi incumbencia —veo como en su mirada se refleja dolor.
— es nuestro hijo Elian— murmura.
Niego — si no quieres que te de la paliza que debi de darte hace tres años no sigas moviendo tu boca mentirosa Dulce.
— ¡lo aceptaste!
Me pongo de pie abruptamente, golpeando el escritorio, Dalton se mantiene serio, ya está acostumbrado a mi ira, ni se inmuta.
— ¡ese maldito bastardo no es mi hijo, Dulce! y más te vale empezar a desmentir todo lo que has dicho o te va a pesar, sabes que no me va a temblar la mano para dejarte sin hijo y hacer que te lo tragues de una puta vez — le digo señalando la con mi dedo —los he mantenido vivos por que es deber de la Dama matarlos. Pero si acabas con la paciencia que no tengo yo mismo lo hago, aunque eso sea contra de las reglas —me ve con enojo— ¡¿quedo claro?!.
— tus malditos hijos están siendo criados por otro hombre, ayer estábamos en el parque y los vi, ella disfrutaba de la compañía de el y tus hijos Elian... — sonríe a antes de decir lo siguiente— tus hijos le dicen papá.
Eso es como una bomba que revienta y deja estragos, tenso la mandíbula y me acerco a ella de dos zancadas —largo, sal de mi vista — murmuró entre dientes.
— idiota si crees que regresará contigo— la tomo de el cabello, me acerco a su rostro.
— Celine Hofmann me pertenece desde hace años, ella y mis hijos son míos.
— parece que ya te olvido, ahora otro los disfruta.
— que lo haga, que disfrute mientras pueda. Pero que sepa que el cuerpo de mi mujer me reclama, aunque ella no lo quiera su cerebro me piensa, hay cadenas más grandes y más fuertes que las que yo pongo.
ESTÁS LEYENDO
Una Melodía Mortal (+21) (Borrador)
RomanceElian y Céline ya probaron las llamas de el averno, más no funcionó parece que el destino se empeña en ponerlos en un estira y afloja. muchas preguntas surgen ahora - ¿se puede odiar a la persona que amaste? - solo mírala, el fuego se apagó. - es...