Capítulo 2

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Perdí la cuenta de cuantas veces tome otros aviones, solo recuerdo que hice una parada en Ecuador para despedirme de mis abuelos paternos ya que estaba en otra investigación. Ellos prometieron ir a Washington de incognito para ver a mi hermano. Mis otros abuelos se adelantaron para verlo y poder mudarlo a otra parte dejando otro cuerpo en su lugar. Lo que supe de los otros agentes no fue bueno. Raya, la agente que cumplía el rol de madre jamás despertó a lo que sus parientes tomaron la dura decisión de desconectarla. Se le dio grandes honores, pero no tan grandes como para consolar el dolor de su madre. El agente Río, quién cumplió el rol de padre, tomo la decisión de aplicar para los proyectos de robótica avanzada de Alicia. Un proyecto para agentes y veteranos de guerra que han perdido sus extremidades.

A pesar de todo dejo un informe final en el que puso a disposición breves rasgos del enemigo. Alto, cabello rojizo y ojos azules. Según las entrevistas de Río, no recuerda mucho, solo breves episodios borrosos. Sus palabras no apuntaban al lugar común en donde se realizan ese tipo de acciones. No se trataba de una bodega en los muelles o una casa abandonada, más bien parece que los llevaron a un coliseo. Después de eso Río tardó un momento para continuar... Observé cómo sus ojos sin querer se cristalizaban y sus nudillos tomaban un color blanco debido a la presión. La entrevista continuaba, explicó que taparon sus ojos a excepción de mi hermano. << — ¡Mírame maldito agente! Recuerda muy bien este rostro para que se los digas a los demás.>> Sin embargo, mi hermano aún no despierta. A continuación, Río mencionó que se escucharon los gritos taladrantes de Raya, Roberth y los de él. La entrevista termina ahí.

Cuando llegué a la ubicación en donde se encontraba mi hermano, me detuve para respirar y socapar mis sentimientos. Roberth odiaría que rompiera a llorar. Somos agentes y la ultima vez que lloramos fue en el velorio de mis padres a quienes no pudimos ver en sus féretros. Esos ataúdes se enteraron vacíos ya que los cuerpos jamás fueron encontrados. No sé qué me dolía más, el hecho de no poderlos ver por ultima vez o de no haberme despedido el día que salieron de casa.

Respiré y moví la perilla. Subí las escaleras, pero me detuve al escuchar a mi abuela llorar por primera vez y a mi abuelo azotar la puerta con enojo para desaparecer, como siempre, en la habitación de alado. Siempre pensé que mi abuela tenía ese lado humano, aunque me mantuviera 12 horas entrenando con la pistola mientas danzaba por el lugar.

Abuela yo... — Y cuando vi a Roberth ahí acostado como si durmiera después de una operación de 26 horas hizo que mi corazón doliera. Se encontraba tal como Raya. Nosotros tomamos la decisión de no desconectarlo hasta encontrar al responsable. Mientras tanto yo me aferro a la idea de que un día despierte —. Abuela ve a descansar yo cuidaré de él esta noche.

Ella no dijo nada, solo se levanto cerro la puerta y escuche que entro a la habitación de mi abuelo.

— Roberth... Oh, dios mío, Roberth. Estúpido hermano valiente.

Roberth estaba más flaco de lo que era, podía distinguir los injertos de cuero cabelludo que apenas comenzaban a crecer. Sus ojos ya no estaban hinchados, pero aún poseían ese color verdoso de los golpes. Sus labios ya no eran rosados eran de un color pálido y permanecían resecos. No olía a su habitual colonia marina, más olía a medicamentos y alcohol. Tenía las pequeñas marcas de los puntos en ambas cejas, de seguro las va a apreciar cuando despierte. Entre más lo miraba más me dolía el reconocerlo, también descubrí que se había perforado la oreja derecha y el labio. Eso me va a doler, pero la misión es parecerse en todos sus aspectos. Su demás cuerpo permanecía con algunos alambres y una pierna enyesada. Pienso que el proceso de recuperación será doloroso, pero estaré con él.

— Tú eres fuerte, más de lo que piensas — le dije como si pudiera escucharme. Aunque no pueda sentirlo lo abrecé y apreté su mano —. Roberth, llevaré a cabo esta misión. Encontraré a los responsables y los mataré. No los llevaré ante Alicia, yo golpearé sus ojos hasta que revienten. Quebraré sus huesos hasta que no haya forma de unirlos. Les arrancaré las manos. Partiré sus costillas una a una. Cortaré sus labios y desprenderé su piel. Los haré sufrir cómo lo hace Alicia con sus traidores.

¿Qué sucedió con Roberth?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora