Capítulo 4

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La semana de inicio fue crucial, conocimos a todos los docentes de los cueles sus perfiles eran limpios. Una de las reglas del manual de Alicia es desconfiar de los perfiles limpios, así que cada uno eligió a un profesor y lo siguió. Los resultaros terminaron en las mismas rutinas aburridas. Lo único que descubrí fue que debía tener cuidado con el profesor de actividades físicas. Odiaba que le den un no por respuesta, ningún estudiante se salvaba porqué él siempre los encontraba. Si decías que estabas enfermo él aparecía en tu cuarto como un detective esperando a que bajes la guardia. Han existido algunas demandas en su contra por acoso, pero las a descartado todas ya que en ninguna de ellas cometió tal delito. Solo se aparecía hablaba un poco y los estudiantes cambiaban de decisión o de vida, mientras que otros se lo tomaban de mala forma.

— ¡Mierda! ¿Viste el mensaje del grupo? — Soltó Gadri de golpe.

— No — le aseguré mientras realizaba el informe —. ¿Qué dice?

— Tendremos una clase de natación competitiva.

— ¿Y?

— ¿Sabes lo que significa? — no le di respuesta, no entendía su punto —, significa que tendrás que nadar. Maldita sea Rob, van a descubrir que esos no son pectorales.

Entendía su preocupación

Puse punto final al informe y me enfoqué en Gadri. Estaba con una expresión preocupada, de esas que esperas un milagro o un viento de alivio.

— ¿No habías dicho que te lo dejara todo a ti?

— Sí, pero... Ese hombre es capaz de venir a nuestra habitación y examinarte. Tenemos que inventar algo. ¿Qué tal si te rompemos un dedo...?

— ¿Qué tal si cierras la boca? — Le dije. Suspiré y se me ocurrió una idea —. No hay problema, usaré una faja con la escusa del accidente.

Terminé convenciendo a Gadri minutos antes de la clase. No usaría la malla de natación de la universidad sino un short junto a una camisa holgada. No sé de dónde las saco, pero Gadri me entregó una camisa el doble de mi talla y un short azul marino.

El profesor era de una estatura más alta que la mía y la de todos los presentes, eso provocaba temor. Nadie a excepción de Gadri y yo, saben que el profesor es un exsoldado ruso. Ahí el motivo de su comportamiento. Según las investigaciones fue el mejor de su escuadra, se retiró después de perder el sentido del oído debido a una bomba. No se dio por vencido y llego a Estados Unidos para reincorporarse como profesor de educación física.

Lo mire a los ojos e hizo una mueca.

— Siempre rompiendo las reglas Rob, por suerte a mi no me importa siempre y cuando cumplan con sus deberes. Sé que es la universidad, pero mi materia algún día va a salvar sus patéticas vidas — continuó caminando.

Dividió al curso en grupo de hombres y otro de mujeres sin antes haber realizado un calentamiento muscular. Esto me recordaba a mis primeros inicios con los abuelos.

Del grupo de las mujeres fue Jessa la ganadora, la sutiles de sus movimientos captaron mi atención. Eran similares a los de Rob. ¿Él se lo enseñó? En media competencia, su gorra se desprendió dejando libre a ese cabello rojizo. Realmente parecía una sirena, al subir las escaleras me dedico una sonrisa. Se escucharon las risas de los chicos. No cabía duda, ella estaba enamorada de Rob.

En la pantalla aparecían los nombres de las parejas del grupo masculino. <<Rob & Marco>> estipulaba el último puesto.

Durante toda la competencia no podía evitar verlos, cada vez que uno salía todo empapado y agitando su cabello hacía que mi corazón latiera de una manera extraña. Era una agitación distinta a la que había sentido. Trataba de ignorarlos, pero cómo hacerlo cuando todos se dirigían hacía a mí. El agua no solo los hacia brillar, sino que también hacía lucir otras cosas. ¿Siempre fue así? Todos los hombres a quienes había conocido no salían del agua. Cuando Alicia iniciaba las pruebas todos usábamos el mismo traje. Tragué saliva y continué observando. La penúltima pareja terminó con la victoria de un tal Joshua, un chico noruego alto y de buena corporalidad.

¿Qué sucedió con Roberth?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora