Acepte. Me volví débil; tanto que me da vergüenza decirlo en voz alta.
-¿Donde carajos quedo ese papel de mujer fuerte que maneja una puta empresa, Iri?- Dice mi amiga en el alta voz del celular mientras yo me terminaba el maquillaje.
Sinceramente ni yo sabia. Me volvía tan susceptible a ese hombre, simplemente su presencia me hacia doblegar las rodillas y decirle todo que si, pero obviamente nunca se lo iba a decir a Santiago, aunque creo que el ya lo sospechaba. Solo un par de besos, toqueteos y halagarme de todas las maneras posibles de como me quedaba la falda, bastaron para que yo diga que si a su invitación, dejando cualquier culpabilidad de lado.Santiago me dijo que vaya elegante pero no mucho, por lo que yo opte por un vestido corto de seda, un poco suelto en la parte de abajo pero me entalla la cintura, es de color negro, con tirantes y un escote en V no muy pronunciado.
-Ya sabes lo que me pasa con Santiago, Clau- Le digo mientras termino de retocar el labial. Me levanto y me dirijo al vestidor de mi habitación para buscar una cartera y un saco.
-Si, ya se. Bueno dejemos de hablar de ese imbecil y mostrame como estas vestida-Dice para después mandarme solicitud para cambiar a videollamada.
-¿Te gusta?- Digo apoyando el celular en una pila de ropa, ya tenia todo puesto, el vestido, la cartera con pequeños detalle dorados, el saco y los tacones lo mismo.
-Si yo fuera Santiago dejaría ese evento de hombres egocéntricos que solo van para demostrar quien tiene mas plata con sus trajes de miles de dólares y te llevaría a mi cama.- Dice ella a lo que yo me rio a carcajadas, apenas agarro el celular me llega un mensaje, "En cinco minutos estoy".
-Ya está llegando, me tengo que ir-Digo tirándole besos. Cuando corto la llamada voy a ponerme perfume y salgo de mi habitación.
Escucho que tocan el timbre, es raro, nadie puede entrar al edificio al menos que tengas la llave. Cuando abro la puerta esta ahi parado, me mira de arriba a abajo y después me agarra de la cintura para besarme cerrando la puerta detrás de el. El estaba caliente, por la forma en la que me esta agarrando con un solo brazo rodeando toda mi espalda y poniendo su otra mano en mi cuello, solo confirma mi teoría.-Un hola iría bien, pero igual no me quejo si esta es tu nueva manera de saludarme.-Digo cuando nos separamos, miro sus labios, tienen un poco de labial en ellos.
Santiago rodea mis hombros con brazo para correrme el pelo que cubría mi cuello y empezar a besar el mismo, creo que no íbamos a llegar temprano al evento.-Estas hermosa, mi amor- dice Santiago besando mi cuello.-Me encantaría poder arrancarte este vestido ahora- vuelve a hablar pero ahora mas cerca de mi odio. Sus palabras no ayudaban a bajarme el calor que tengo en estos momentos.
-Santiago- Digo para después morderme el labio para ocultar un gemido, necesitábamos irnos, quedarnos no era una opción ahora mismo.
Por lo que me había dicho Santiago a ese evento van muchos empresarios, clientes a los cuales les interesaría comprarle a los mismo, por lo que a mi me sirve ir. El solo tiene que ir a hacer presencia e irse, pero a mi me gustaría quedarme un rato.-¿Si?¿Que necesitas, mi amor?- Pregunta Santiago. Corre el saco para abajo y comienza a besar mi hombro para finalmente dejar un último beso en este y parar.
-¿Como entraste?-Pregunto acomodándome el tirante del vestido y el saco intentando recuperar la compostura, las manos de Santiago no habían soltado mi cintura.
-Digamos que me dejaron pasar.- Dice con una sonrisa en sus labios.- Me parecía una falta de respeto no venir a buscarte, aparte quería tener un tiempo a solas antes de irnos, sabia que no me iba a poder resistir mucho.- Dice humedeciendo sus labios y mirando mi escote, nada disimulado.
ESTÁS LEYENDO
Puesto - Santiago Caputo
RomanceY como la leyenda Japonesa lo indica, el hilo rojo es aquel que conecta dos almas gemelas. Este mismo puede tensarse, enredarse, desgastarse pero jamas romperse ya que el amor lo hace indestructible. Siempre el destino los volverá a reunir, por lo q...