SANTIAGO
-¿Amigos con derechos?- Me pregunta Agustin Romo cerrando una carpeta y dejándola sobre el escritorio.-Mira vos che, el hombre al cual no le gusta cogerse a una misma mina mas de dos veces tiene una amiga con derechos.- El se sienta frente a mi desabrochando el botón de su saco.
-Ella no quiere nada serio, yo tampoco así que si, eso somos.
-¿Que tan seguro estas de que no queres nada serio con Irina?
-Cien por ciento.
-¿Cien por ciento?-Me pregunta levantando las cejas.
-Si, Romo. ¿Viniste solo para hacerme preguntas sobre mi vida intima o me vas a dar información importante?-Me levanto de silla y voy a agarrar la caja de cigarrillos que esta en la mesa junto a los sillones.
-Te estas poniendo nervioso.- Veo como esta mirando mis movimientos con una sonrisa en su cara burlándose de mi.
-Deja de decir pelotudeces.- Voy hacia el balcón de mi oficina y me prendo el pucho. Veo como Agustin viene detrás mío cumpliendo la misma acción.
-¿Que miras? ¿Esta enamorado de mi o algo?- Digo tajante mirándolo cuando me doy cuenta que me esta mirando con una sonrisa a labios cerrados.
-Te miro porque tendrías que aprender a disimular un poco-Dice largando el humo.
-¿Disimular que?
-Que te gusta Irina y no solo te calienta. Igual te entiendo es inteligente, tiene una sonrisa perfecta, unas piernas que te hipnotizan y es muy sex...- Siento como mi mandíbula se tensa, mi vista se nubla y un calor empieza a subir por mi cuerpo. El simple hecho de que otro hombre hable de Irina de esa manera me sobrepasa, no me puedo controlar.
-Garchatela vos si tanto te gusta, tarado.- Digo en seco interrumpiéndole la oración, mi amigo larga una carcajada ruidosa mientras apaga su cigarrillo.
-Ves, estas hasta las manos boludon.- Me palmea dos veces el hombro y sale por el balcón. A los pocos segundos yo apago el pucho y salgo. Me siento en mi silla y escucho como tocan la puerta.
-Pase.- Detrás de la gran puerta de madera entra la mujer de cual estuvimos hablando hace unos minutos. Tiene un vestido blanco que deja lucir sus perfectas piernas que eso solo me hace divulgar en pensamientos no muy correctos para estas horas de la mañana, y también unos tacones del mismo color. La hace ver tan angelical, como si se hubiera caído de cielo.
-Hola Agus.- Dice ella con una sonrisa en su cara saludando a mi amigo con beso en el cachete.
-Bueno, yo me voy, cuídate playboy. Chau Iri.- Agustin me guiña el ojo sin que Irina pueda darse cuenta. Veo a Irina intentar ocultar una sonrisa por el apodo. La puerta se cierra dejándonos a mi y a Irina solos.
-¿Playboy?- Dice riéndose en mi cara.
-No preguntes.- Su sonrisa me contagia, me es inevitable no hacer el mismo gesto.
Ella se muerde el labio musitando un pequeño "mhm" intentando contener cualquier tipo de pregunta que este fuera de lugar.-¿Me vas a dar permiso para que me siente o te vas a quedar mirándome?-No me di cuenta y me la quede mirando como un pelotudo.
-Si, perdón. Sentate.- Sus tacos suenan y sus piernas se mueven incitándome a morderlas, marcarlas, agarra... Dios son las ocho de la mañana, no puedo estar pensado eso.
-Necesito que me ayudes.- Cuando quieras y mas si es en la cama.- Necesito el numero de Toto.- ¿Porque quiere el número de Toto?
-¿Para que?
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Puesto - Santiago Caputo
RomanceY como la leyenda Japonesa lo indica, el hilo rojo es aquel que conecta dos almas gemelas. Este mismo puede tensarse, enredarse, desgastarse pero jamas romperse ya que el amor lo hace indestructible. Siempre el destino los volverá a reunir, por lo q...