ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 1. ᴇʟ ᴄʜɪᴄᴏ ᴇɴᴍᴀꜱᴄᴀʀᴀᴅᴏ.

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CRISTAL

Tres meses antes de Civil War

—Un poco más a la izquierda —me dije a mí misma.

Con cuidado coloqué la pieza con ayuda de unas pinzas en su lugar y por fin terminé.

En el último mes, mi vida se había basado en trabajar por horas en este proyecto, muchas noches en vela fueron sacrificadas, pero había valido la pena.

La hora de la verdad.

Presioné el interruptor y el disco se iluminó con un color azul intenso justo antes de empezar a flotar.

—¡Sí!

Apagué el disco y cogí el teléfono, no tardé mucho en marcar el número de Ty y me pegué el dispositivo a la oreja. Un tono, dos tonos, tres, no hay respuesta. Pero justo cuando iba a darme por vencida y colgar, escuché su voz.

—Dime, Cris —su voz sonaba agotada al otro lado de la línea—. ¿Qué necesitas?

—¡Termine el proyecto! —la emoción en mi voz era evidente.

—¿En serio? Genial —murmuró con voz suave, como si se estuviera quedando dormido.

—¿Estás bien? —no eran más de las ocho de la tarde, no es normal que esté tan cansado a esta hora.

—Sí —el ruido al otro lado de la línea me indicó que estaba incorporándose.

—Te he despertado —adiviné con un fuerte sentimiento de culpa inundándome el pecho.

—No te preocupes, no lo sabías —bostezó y puedo jurar que se estaba restregando un ojo—. El mecánico y yo no dormimos mucho anoche intentando terminar los paneles retro-reflectantes para su próximo jet privado.

Llevaban años perfeccionando esos paneles.

—¿Cómo está?

—Igual de engreído que siempre —respondió con gracia y no pude evitar soltar una carcajada—. Últimamente, me pregunta mucho por ti, creo que te echa de menos.

Una sonrisa burlona se escapó de mis labios.

—No le digas que te dije eso, no quiero que me mate.

—Tu secreto está a salvo conmigo, Ty —prometí, intentando no reírme.

Quién lo diría, Tony Stark me echa de menos

—Me encanta hablar contigo, enana, pero me estoy muriendo de sueño —otro bostezo escapó de su boca—. ¿Hablamos mañana?

—Claro —me hubiera encantado seguir hablando con él, sin embargo, sería demasiado egoísta de mi parte si le pidiera que se quedara.

—Genial. Descansa, hermanita.

Y sin esperar respuesta, Ty colgó y a mí me envolvió el silencio.

Eso es lo único que últimamente había en esta casa, silencio. Mamá nunca estaba en casa, y no la culpo, después de todo lo que ella había pasado para mantenernos a mi hermano y a mí se merece disfrutar un poco su vida, aunque aquello significaba que nunca estuviera en casa. Mi familia siempre había sido de clase baja, nunca habíamos tenido suficientes recursos en Tennessee, la única tecnología que teníamos era el lanza-patatas de juguete que Ty y yo nos encargamos de mejorar. Aunque claro, eso cambió cuando cierto millonario excéntrico se instaló en nuestro garaje.

Recuerdo ese día como si fuera ayer. Eran pasadas las diez de la noche, mamá acababa de llegar de trabajar y estaba agotada, así que se fue a la cama sin cenar. Ty y yo estábamos en el salón cenando cereales. No sé por qué me acerqué a la ventana esa noche, simplemente lo hice y vi como la puerta del garaje estaba abierta.

ᴄʀɪꜱᴛᴀʟ (Peter Parker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora