t/n en el universo de hazbin hotel

Luces y Sombras: La Caída de Valentino

La victoria de t/n sobre Azaroth había resonado a través de las profundidades del Infierno, y mientras algunos celebraban, otros tramaban en las sombras. Entre ellos estaba Valentino, el magnate de los medios y Overlord del círculo de la Lujuria, quien veía en t/n una amenaza a su imperio y poder.

Valentino convocó a Vox, su aliado y Overlord de la Electrónica, para discutir cómo podrían utilizar su influencia para enterrar la creciente reputación de t/n. Juntos, idearon un plan para difamar a t/n, utilizando su red de medios para difundir rumores y mentiras que mancharían su nombre.

En las profundidades del círculo de la Lujuria, las luces de neón parpadeaban con un ritmo siniestro. Valentino, con su sonrisa astuta y ojos que destilaban ambición, esperaba en su oficina adornada con excesos. a Vox, la encarnación de la era digital, apareció en la pantalla más grande, su rostro pixelado irradiaba una frialdad calculadora.

"Valentino," comenzó Vox con una voz que resonaba con distorsiones electrónicas, "es hora de poner en marcha nuestro plan. t/n se ha convertido en un peón demasiado popular en este tablero infernal."

Valentino asintió, su mirada fija en la pantalla. "Estoy de acuerdo, Vox. Es hora de que el mundo vea la 'verdad' que queremos que vean. Controlamos la narrativa aquí, y t/n no es más que un personaje en nuestra historia."

Vox procesó la información con una velocidad sobrenatural. "Tengo acceso a todos los canales de comunicación. Podemos iniciar una campaña de difamación, inundar las redes con falsedades tan convincentes que incluso los aliados de t/n dudarán de su integridad."

Perfecto," murmuró Valentino, su sonrisa se ensanchó. "Comencemos con rumores sutiles, insinuaciones de que t/n ha hecho tratos oscuros para obtener su poder. Luego, escalaremos a acusaciones más directas: falsificaciones de t/n cometiendo actos viles, manipulando las imágenes para que parezcan irrefutables."

Vox asintió, sus ojos digitales parpadeaban con un brillo malicioso. "Y no nos detendremos ahí. Podemos alterar grabaciones, crear 'testimonios' de víctimas inexistentes. La verdad es lo que hacemos de ella, y la haremos nuestra arma."

"Que así sea," declaró Valentino, levantando su copa en un brindis solitario. "A la caída de t/n y al ascenso de nuestra era. Que el Infierno se prepare para el espectáculo que vamos a dar."

La pantalla se oscureció, y Valentino se quedó solo en la penumbra, contemplando el inicio de su obra maestra de manipulación. La guerra por el poder en el Infierno había tomado un nuevo giro, y él estaba listo para jugar su parte.

Mientras tanto, t/n, ajeno a las maquinaciones de sus enemigos, se centró en fortalecer las defensas del Hotel Hazbin. Con la ayuda de Alastor, el infame Overlord de la Radio, comenzaron a entrenar a los residentes del hotel, transformándolos en una fuerza formidable.

El entrenamiento era riguroso, pero bajo la tutela de t/n, los demonios aprendieron a canalizar sus habilidades únicas en formas de combate efectivas. Incluso Sir Pentious, que a menudo se encontraba en desacuerdo con los métodos de t/n, no pudo evitar impresionarse por los resultados.

La tensión en el aire era palpable; todos sabían que la guerra por el dominio del Infierno estaba lejos de terminar. Pero por ahora, t/n había traído algo raro al Infierno: esperanza. Una esperanza de que tal vez, solo tal vez, podrían cambiar su destino eterno.

La noche había envuelto al Infierno en un manto de oscuridad, solo interrumpido por las luces distantes que parpadeaban como estrellas caídas. En la azotea del Hotel Hazbin, t/n permanecía inmóvil, su silueta recortada contra el resplandor de la luna llena. La brisa nocturna llevaba consigo susurros de conspiración y traición, pero también de valor y resistencia.