Harry Potter y el dragón de jade

Capítulo 84: Pociones y devociones

08:25 Jueves 25 de agosto, Laboratorio de Pociones 11, Corredor de Pociones, Mahoutokoro, Japón

Hermione estaba sentada en su mesa con Rachel Yu y Erin Seung a un lado de ella y Riko Rei al otro lado. Le había reservado a Harry un asiento a su lado, pero Riko lo había tomado después de que ella le preguntó si podía sentarse allí, porque quería hablar más con Hermione sobre lo que estaba sucediendo en el Nido del Fénix. Hermione, sin saber cuánto tiempo iba a tardar Harry, realmente no podía rechazarla y Riko parecía muy feliz de poder sentarse junto a Hermione en clase por una vez.

Hermione había visto, decepcionada, que Sunny Hichiro se había ido y se había sentado en una mesa con Rosa y Hester dejando a los cuatro chicos Dragón restantes sentados juntos. Eso significaba que Harry estaría sentado en la mesa con Rosa y Hester cuando llegara a clase.

"Buenos días dragones". El Maestro Cho saludó alegremente al entrar al salón de clases. Hermione había notado que, al igual que el Maestro Bo, el Maestro Cho siempre parecía estar de buen humor, lo que dado el clima de ese día fue una sorpresa. Estaba absolutamente lloviendo y los Dragones, junto con Harry y Hermione, tuvieron que caminar penosamente por los senderos usando abrigos para tratar de mantener la lluvia fuera de sus espaldas y Erin y Rachel le habían mostrado a Hermione un pequeño y encantador amuleto para usar su varita. como el mango de un paraguas y arrojó una fuerza invisible proyectada sobre ella que actuó como un paraguas abierto, evitando que la lluvia le cayera sobre la cabeza y le arruinara el cabello. Todas las chicas Dragón lo habían usado y a los chicos, al ser chicos, no les importaba que se les mojara el pelo porque lo tenían corto. Excepto que Charlie Chung, que parecía muy preocupado por la posibilidad de mojarse el cabello, recibió demasiadas burlas del resto de los chicos porque había usado el mismo hechizo de paraguas que las chicas tenían para protegerse la lluvia de la cabeza.

"Buenos días Maestro Cho." Los Dragones saludaron al unísono cuando el Maestro de Pociones llegó a su escritorio y colocó su maletín sobre él. Comenzó a sacar frascos de diferentes pociones del maletín, que no parecían tener fondo, porque el Maestro Cho metía todo su brazo dentro del maletín cada vez que sacaba los frascos. Comenzó a recorrer las mesas del salón de clases y depositó un frasco de una poción diferente en cada mesa. Según Rachel, normalmente sólo había ocho mesas de pociones y los clanes se dividían en grupos de cinco y se sentaban en dos mesas por clan.

Este año, sin embargo, debido a que había veintidós estudiantes en lugar de solo veinte, había nueve mesas para que hubiera espacio para que un clan se dividiera en las tres mesas. Sin embargo, hoy había diez mesas y dos de ellas tenían cinco asientos alrededor, por lo que Hermione no sabía de qué se trataba, pero pensó que el Maestro Cho los dividiría para trabajar en grupos de cuatro con dos grupos de cinco para el día. lección.

Los Tigres llegaron luciendo un poco mojados debido al clima y todos estaban pasando sus varitas sobre sí mismos lanzando hechizos de secado y calentamiento sobre sí mismos. Mio y el resto de los Tigres le dieron a Hermione pequeños saludos con la mano y asentimiento mientras comenzaban a caminar por el salón de clases y se dividían en grupos de cuatro mientras tomaban algunas de las mesas frente a los Dragones. Li Mali y Mio se giraron en sus asientos mirando a Hermione y murmuraron "¿Dónde está Harry?" hacia ella mientras Hermione señalaba su pergamino de tareas y articulaba que les enviaría un mensaje al respecto. Recibiendo asentimientos comprensivos de las dos chicas cuando las Tortugas llegaron riendo y bromeando mientras entraban a la clase notando el aumento en el número de mesas en clase y saludaban a los Tigres y Dragones reunidos junto con el Maestro Cho.

Las Tortugas parecían reírse de algo que Giovanni Tustudo había dicho y comenzaron a tomar asiento dejando las dos mesas de cinco para los miembros del Clan Fénix. Todos sabían por experiencia que trabajar con cuatro en una mesa de laboratorio de pociones era mucho más cómodo y daba más espacio que cuando se incluía una quinta persona.