La velocidad a la que aquella aula se fue vaciando fue disminuyendo junto con el número de participantes hasta dejar un poco más de una docena de equipos competentes que hasta ahora estuvieron a la altura de la dificultad de la prueba, quienes ahora se encontraban escuchando las explicación de las últimas instancias del examen, muchos se hallaban preocupados y realmente tensos, cosa que no aplicaba para cierto peli blanco quien se hallaba visiblemente estresado, con sus uñas clavadas en la mesa, la madera alrededor y bajo su mano se hallaba congelada.
El chico fue sacado de su trance cuando una fuerte voz le hizo alzar la cabeza de inmediato en su dirección.
– Para los que decidan contestar la décima pregunta y fallen, ¡Perderán la oportunidad de presentar el exámen por el resto de sus vidas!
La voz del sensor resonó por toda el aula y el peso de sus palabras tuvo un impacto inmediato en los participantes y el chico quien se hallaba levemente jadeando se vió interesado de inmediato por esto, olvidando por completo su estrés repentinamente.
- ¿Perder la oportunidad de presentar el examen por el resto de mi vida? Que tentador.
Pensó el único chico de hebras blancas del lugar en contraste con las demás personas a su al rededor de las cuales la gran mayoría se encontraban tensas y visiblemente estresadas. Las personas no tardaron en elegir el "camino fácil", tomando la primera opción que el sensor ofreció, retirarse voluntariamente. Un participante tras otro se retiraba, dejando atrás aún más puestos vacíos, hasta que uno en particular vocalizó su fuerte determinación.
- Maldito bulloso.
Pensó el enmascarado mirando en dirección al chico rubio a unas cuantas mesas en frente de él, pero rápidamente desvío la mirada cuando está descendió un poco de su rostro fijándose en una parte, que, al este darse cuenta donde se posaron sus ojos, se vió obligado a aclararse la garganta, aún intentando calmar su respiración.
Las opiniones como las de él rubio podían encontrarse en los pensamientos de los demás participantes, quienes, animados por las palabras del niño rubio decidieron quedarse.
– Está decisión puede cambiar el resto de sus vidas, el que quiera renunciar puede levantar la mano, está es su última oportunidad.
Al no haber ninguna reacción por parte de la gente el sensor volvió a dar un último vistazo a su al rededor antes de hablar.
– A todos los que decidieron quedarse, solo me queda un cosa por hacer. Y es decirles que todos ustedes pasaron el exámen.
Anunció el sensor dejando visiblemente confundidos a todos.
- Hubiera dejado la hoja en blanco. - Pensé con molestia chasqueando la lengua antes de levantarme de mi asiento y disponerme a salir del aula a paso rápido y sin hacer ruido.
– Ey tú, ¿Por qué la prisa? ¿No tiene preguntas sobre la finalidad del examen?
Llamó la gruesa voz del hombre frente al pizarrón justo cuando mi mano tocó la puerta y ni un segundo después pude sentir las miradas de todos sobre mí, cosa que me irritó. No dí respuesta más que una leve mirada sobre mi hombro an dirección a Ibiki antes de abrir la puerta y salir del lugar de una vez por todas.
°°°
– Haa... Extrañé el aire fresco.
Exclamó con alivio el chico luego de soltar un suspiro, recostando sus brazos en el barandal de metal frente suyo observaba el panorama de la aldea desde la azotea de la torre del Hokage. La brisa jugaba con su cabello mientras que el silencio hacia que se perdiera más en sus pensamientos, los cuales se dirigieron a cierto individuo después de unos breves momentos, provocando que un gruñido resonara en su garganta.
- Ese olor no queda impregnado de esa forma en la ropa, así que, ¿De dónde venía? Por otro lado, al menos sé que debo evitarlo... O sería una lastima encontrarme con él por accidente.
Pensó de forma maliciosa el chico dejando salir una leve, pero tenebrosa risita.
– Pareces un loco riéndote solo, bueno, más de lo normal.
Una voz conocida sonó a sus espaldas seguida de pasos aproximándose en su dirección, el chico no tuvo necesidad de voltear para saber de quién se trataba.
– Nadie pidió tu opinión, Sasuke. Además, estaba pensando.
Incluso sin poder verlo el azabache pudo casi que sentir el como él chico ponía los ojos en blanco debajo de su máscara.
– ¿Tú piensas? Eso es nuevo.
Expuso en tono burlesco el Uchiha recostando su espalda en el barandal y cruzando los brazos.
– ... Te llego a ver mañana y juro que te convierto en un bloque de hielo.
Amenazó en peli blanco con un tono de voz monótono pero algo enojado, claramente sus amenazas quedaban al aire. El Uchiha soltó un bufido, burlándose de las palabras de su acompañante.
– Si claro, quiero ver qué lo intentes.
– Lo que digas, paloma mensajera, ¿Ahora qué te mandaron a decirme?
El Uchiha chasqueo la lengua con molestia ante el apodo, mirando con desprecio en dirección al enmascarado quien permanecía observando el paisaje.
– Algo que parece que ya sabes, mañana en la mañana en la zona 44 de entrenamiento de batalla.
– El bosque de la muerte, eh. - Dijo en un tono desinresado el enmascarado.
– ¿Conoces ese lugar? ¿Tienes idea de cómo será la segunda prueba? - Preguntó el azabache volteando su cabeza en su dirección con claro interés.
– Podría ser, solo te recomendaré que evites a gente que creas problemática. - Dijo en un tono aburrido el peli blanco alzando su mirada hacia el nublado cielo.
– Pues uno de esos "problemáticos" por desgracia es mi compañero de equipo, así que no tengo de otra. Por otro lado, hay dos sujetos que si podrían ser obstáculos. - Expuso el azabache imitando la acción del enmascarado.
– Ajá, ¿Y esos son? - Preguntó el peli blanco a pesar de su claro desinterés.
– Rock Lee y Sabaku no Gaara, un genin de la aldea escondida entre la arena.
– Lee, sí lo mencionaste imagino que es porque lo subestimaste y terminó pateandote el trasero, pobre idiota. - Dijo con burla el enmascarado. – ¿Y el otro?
- El azabache frunció el seño dirigiendo su mirada a otro lado con con vergüenza. – No sé mucho sobre él, solo se que su nivel es mucho más avanzado y vaya que tiene una mirada perversa.
– ¿Nivel avanzado dices? Para que reconozcas a alguien con tu orgullo de Uchiha, si que debe ser la gran cosa, ¿Cómo se ve? Para reconocerlo por si me encuentro con él.
- Ignorando el primer comentario el Uchiha pareció pensar por unos momentos. – Pelo rojo, ojos azules, sin cejas y grandes ojeras al rededor de sus ojos, creo recordar que tenía un tatuaje en la frente.
El chico enmascarado se quedó callado por un tiempo, volviendo su mirada hacia el frente, la descripción del azabache encajaba con los rasgos de aquel no-tan-desconocido de hace rato quien hizo su tiempo en aquella aula un infierno.
– Gaara, así que ese es su nombre.
– ¿Lo conoces? ¿Lo sabés todo o qué? - Dijo en un tono irritado en azabache, mirando de re ojo al peli blanco con el seño fruncido.
– En realidad son puras coincidencias, ocupaba el asiento atrás del mío en el exámen chunin. - Dijo en un tono monóno. – Gracias a él, el exámen fue un puto tormento. Hablando de eso, Sasuke, evita a ese chico a toda costa. - Advirtió el chico en un tono de voz inesperadamente serio, llamando la atención del azabache.
– ¿Por qué lo dices?
– Porque ese chico, apesta a sangre.