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Dos semanas.

Dos semanas habían pasado desde la última vez que vio a Enzo, de aquella disputa con su padre. Si tenía que decir cómo se encontraba la palabra bien estaba muy lejos de ser la definición correcta.

Julián sentía morir con el pasar de los días, no le estaba haciendo nada bien no salir de su casa y no tener contacto con personas más que la gente que vivía en su casa, sumándole que se había sumergido en la facultad para tratar de desviar su mente de los pensamientos horripilantes que no lo dejaban en paz.

Y todo era culpa de su padre.

Si así podría llamarlo. Julián no le dirigía la palabra desde ese día que le quitó su libertad, a Gustavo parecía importarle muy poco porque seguía haciendo su vida normalmente y él simplemente no soportaba esas -entre las millones más- de actitudes que tenía su progenitor que hacía crecer el odio en su corazón.

Para su suerte todavía tenía a Valentín que no lo dejaba solo ni un momento, su hermano estuvo haciéndole de compañía todo ese tiempo, preocupándose como nadie por su bienestar. Julián se sentía un poco mal al ver como hasta había dejado de verse con su novio por estar con él, aunque Valentín le repitiera que todo estaba bien sabía mejor que nadie lo horrible que era estar lejos de su alfa.

Porque lo estaba padeciendo. Tuvo los días suficientes a solas con su omega y pensamientos para llegar a la obvia conclusión;

No podía estar más lejos de Enzo, su alfa.

Al tercer día Julián ya no aguantaba más a su omega pidiendo por el morocho. A la semana se encontró llorando mientras hacía el desayuno por lo mucho que lo extrañaba y necesitaba, aunque hablaba con Valentín y le informaba cómo se encontraba no era suficiente, lo quería ahí con él, abrazándolo, besándolo y asegurándole que todo estaría bien.

Fue el día de ayer que Valentín no soporto verlo tan decaído que decidió hablar con Gustavo para pedirle permiso para salir a "merendar". Obviamente el alfa se negó pero su hermano no se rindió fácilmente así que se pasó todo el día insistiendo hasta que esta mañana su padre aceptó con la condición que tenían que mandar la ubicación del lugar donde irían a desayunar.

Para Julián eso era un montón así que fue él quien se negó a salir y la verdad es que no tenía ni fuerzas para levantarse de la cama y pensaba pasar todo el fin de semana ahí lamentándose y llamando en un silencio mudo a su alfa.

Pero obviamente ese no era el plan de Valentín quien lo obligó a levantarse de la cama y que se pusiera lindo para ir a lo de Enzo. El plan era que su hermano y cuñado iban a dejarlo en la casa del alfa y ellos serían los que irían a merendar.

Al principio dudo muchísimo porque no sabía con qué podría salir su papá y si se llegara a enterar que no se encontraba con los más jóvenes seguramente Julián terminaría en un internado para omegas hasta cumplir los veintiuno.

Terminó aceptando. Por qué no aguantaba un segundo más estando lejos de Enzo, estaba seguro que apenas abriera esa puerta y se encontrara con el alfa se tiraría a sus brazos.

Comprendió que ya no podía negar lo obvio, no podía negar ese amor que rebasaba en su corazón, ese mismo que quiso arrancar a la fuerza pero jamás pudo, no cuando ese anhelo no era real.

Julián amo y sigue amando a Enzo.

Enzo era lo único que necesitaba para estar bien y estaba dispuesto a dar lo mejor de sí para que las cosas entre ellos vuelvan a funcionar, necesitaban hablar sobre el pasado para comenzar un nuevo futuro.

ECLIPSE.  AU/ Julián x Enzo. CANCELADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora