Desbordando

84 8 2
                                    

Desbordando

Advertencia ⚠️ contenido sensible.

...

Con los primeros rayos del sol colándose entre la tela de la carpa, Alex comenzaba a revolverse entre sus mantas, soltando en el proceso un quejido de dolor, una fuerte migraña producto del llanto la noche anterior dejaba dolorosas punzadas por toda su cabeza...

Acostumbrado ya esos días a despertar con compañía, al principio no le tomó importancia al par de fornidos brazos que aferraban su cuerpo, mientras unas manos sostenían su cintura y sus hombros contra sí mismo de forma cálida... Aún sintiendo aquella gran necesidad de afecto el león aprovechó, y suspirando aferró el abrazo, hundiendo su nariz en el suave pelaje del macho frente a él... solo que un conocido aroma a melocotón y hierbas lo hace abrir los ojos con sorpresa, sonrojándose bastante al ver que Vitaly seguía ahí y sobretodo, era el dueño de aquellos brazos que le ofrecían su calidez.

"Carajo..." Murmura con gran vergüenza y las orejas gachas al recordar de golpe su episodio de solo horas atrás. No tenía imágenes muy vividas de lo sucedido por alguna razón, pero si el tigre seguía ahí, debió haber sido muy malo, pensó él... Justo igual a como había sucedido con Stefano.

A pesar del movimiento inquieto del felino entre sus brazos, Vitaly aún se mantenía profundamente dormido, respirando con tranquilidad ocultaba la cara en su melena, casi olfateándolo, lo que hacía que los nervios del león aumentaran un poco con el suave roce de la nariz del rayado en su cuello. 

"V-vitaly... d-despierta...." Nerviosamente Alex trata de llamarlo o solo zafarse del agarre que el más fuerte mantenía en su cintura, aunque en cierta forma, también resultaba un poco cómico el sentirse como un mero peluche para el enorme felino de rayas. Un poco más de insistencia es necesaria, hasta que con un par de llamados y forcejeos más, el león por fin logra despertar a su amigo.

Aún adormilado éste da un respingo abriendo los ojos como platos a la par que de un suave empujoncito aparta a Alex de sí mismo, disculpándose aún con la voz bastante amodorrada, "Lo siento... n-no me di cuenta... ¿Y-yo... y-ya es de día..?" pregunta, apoyando su peso en su codo para mirar mejor a su alrededor.

Aliviado por verse libre el león asiente, sentandose lentamente en su lado de la cama y ofreciendo una sonrisa un poco más cálida al rayado, a pesar del gesto de dolor que no podía borrar de su rostro.

"Está bien... Muchas gracias, por quedarte conmigo..."

La ruidosa alarma que los pingüinos hacían sonar por el campamento hace que ambos alcen las orejas, escuchando como ya era compuesta por tres llamados consecutivos, lo que significaba una advertencia para los menos madrugadores de que era pasada la hora de levantarse. Y sobretodo, que habría consecuencias para los flojos.

"Ahora ambos llegaremos tarde jaja..." mencionó el tigre levantándose a prisa de la cama, a lo que Alex lanzando sin cuidado las mantas a un lado asintió, compartiendo su risita nerviosa al seguir su mismo camino, "Vamos ya, si no queremos terminar lavando todos los insertos de la barra del desayuno..."

"Recuerda que debemos supervisar las prácticas de los nuevos león..." Avisa Vitaly, atreviendose a usar algo del agua de un balde cercano a la cama para lavar su propio rostro. Solo que un quejido del león cuando trata de acercarse al agua lo hace voltear preocupado, notando cómo Alex sostenía su frente con ambas manos, una expresión de dolor marcada.

"¿Te sientes bien hoy..? Puedo cubrirte si lo necesitas..." Le ofrece el tigre, adivinando el porqué de su dolor de cabeza.

Abriendo un cajón de su mesita de noche Alex niega con el ceño fruncido, tomando un par de analgésicos de un pequeño frasco y lanzándolos rápidamente a su boca, tragándolos sin necesidad de agua cosa que sorprende un poco al rayado.

Bizarro MalentendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora