6-Nostalgia.

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Su madre jamás fue la mejor que pudo existir, seguramente ella nisiquiera intento superarse a ella misma.

Su madre era una simple camarera de un lujoso bar, en el que por supuesto, había de todo.

Prostitutas, drogadictos, borrachos, y personas clasistas con todo el derecho de ser llamadas así.

Los veía siempre, bastante seguido, ya que su madre no tenía el dinero suficiente para pagarle a una niñera o a alguien que se encargará de cuidarlo.

Luces de colores por aquí y por allá, lo dejaban atónito, casi hasta podría jurar que ciego, era gracioso por que era algo que solo le causaba molestia a el.

Recuerda que una vez un grupo de esas personas, ese tipo de personas, se burlaron de él. Lo llamaban perro, sucio, huérfano y el que más le molestaba era el ser llamado..

Pobre.

Odiaba esa palabra, odiaba ser tachado con esa palabra y odiaba sentirse identificado con ella, pero quizás, en el fondo sabía que era cierto, era un perro sucio, puede que no huérfano, pero si siendo tratado como uno..

Y pobre.

Tan pobre que sus zapatos tenían hoyuelos por todas partes, sucios, sus calcetines disparejos que su madre le dio en su cumpleaños... si es que ella los compro.

También odiaba el agua fría, no la sentía siempre porque tan solo a veces tenían el beneficio de poder tomar una ducha, era en un baño frío y oscuro, le causaba terror ya que la mayoría de veces estaba plagado de cucarachas y insectos de cuestionable procedencia.

Recordaba que su madre lo dejaba varias veces solo en el bar, ya que ella se la pasaba atendiendo y coqueteando con algunos de los viejos asquerosos que estaban ahí. Le daba tanto asco ver a su mamá dando todo para ganar una miseria de dinero y más que solo siendo usado para pagar el lugar donde vivían, si es que eso se podía llegar a nombrar "hogar".

Veía a ñiños de su edad usando elegantes trajes de buena calidad, buena costura, zapatos limpiados a la perfección y cabellos relucientes, solían llevar siempre juguetes realmente increíbles.

Aviones, carritos y hasta tanques de juguetes, también solían traer perros de no muy gran tamaño, como chihuahuas y caniches.

Le daba impotencia ver como esos niños lo miraban con burla, con aires de grandeza, si supieran que tan solo eran producto de un matrimonio arreglado.

Eran tan solo niños consentidos a más no poder, y claro, muy malcriados.

El jamás admitió que sentía envidia, envidia de que ellos si y el no.

El era mejor que ellos.

El era más inteligente que ellos.

Y hasta más guapo.

Pero como solía escuchar, uno no siempre obtiene lo que quiere.
Quizás el rompería esa estúpida frase, estaba seguro de que si.

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-¿Vicent, donde estas niño?, no me hagas perder la paciencia que ya me están esperando en el bar.-camino a paso apresurado.

*Se escuchan murmullos, que cada vez se acercaba iban incrementado.*

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2024 ⏰

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