Calma [Damien Thorn x Reader]

#05💣

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Pasados los sucesos de ese día, _____ aún podía sentirse observada, como si alguien estuviera atrás suyo en todo momento.
Sin embargo, la joven se había propuesto  no perdonar al pelinegro, el cual ella misma tomaba como un acosador.

[...]

— Te lo juro, Phillip... Tu amiguito está loco.- La joven comentó a su amigo rubio, el cual se veía más que disgustado, preocupado.

— ¿Y dices que lo echaste de tu casa?- Murmuró preocupado y hasta asustado.

— ¿Por qué no debería? Está loco. Fuimos pareja un par de meses en primaria, ¿y ahora resulta que está obsesionado?- La joven soltó un suspiro pesado, mirando a sus otros amigos.

— No es que no hayas estado en lo correcto, sin embargo... Estás hablando del hijo de satán... Literalmente. ¿Quien sabe de qué es capaz?- Comentó el rubio de pelo rizado, apoyando su rostro en la palma de su mano, mostrándose claramente preocupado por su amiga.

La joven planeaba contestar de una manera agresiva como era usual, sin embargo, no le vió sentido. ¿Podría ser? ¿Acaso el pelinegro era capaz de hacer algo tan terrible como comentaban sus amigos?

[...]

La joven se decidió a buscar al chico que parecía tanto hostigarla. Después de todo, si se sentía tan observada, era seguro por algo ¿No? Nadie más tenía esa oportunidad de hacerla sentir observada y seguía las 24 horas del día.
Mientras caminaba de vuelta a casa, el sentimiento volvió, por supuesto. La joven trató de mirar alrededor, tratando de buscar con la mirada algo mínimamente negro, aunque sonaría mal en voz alta, era su mejor opción para encontrar al pelinegro.

— Mierda... ¿Y así espera que lo perdone?- La joven soltó un suspiro pesado y hasta ruidoso, giró a mirar hacia adelante, tratando de ignorar el constante sentimiento de ser seguida.

Cuando la joven llegó a su casa, el sonido de las llaves lograron camuflar levemente el sonido de algo entre arbustos, por supuesto no cubriéndolo completamente, a lo que la joven rápidamente giró a mirar en dirección del sonido, encontrándose con una cola negra sobresaliendo de un arbusto.

— Ni siquiera eres bueno escondiendote. ¿Realmente esperas lograr algo acordándome?- La joven murmuró hacia el arbusto, unos segundos después, el pelinegro tan mencionado salió de entre arbustos, algunos rasguños de la planta.

— ¿Y qué esperabas que hiciera? Me dijiste que no me acercara a ti.- Murmuró el pelinegro mientras miraba al suelo derrotado.

— Eso incluía cualquier forma que tengas. Ni animales, ni sombras, ni lo que sea de lo que seas capaz de convertirte.- La joven dijo con un tono frio mientras cruzaba los brazos sobre su pecho, mirando al pelinegro.

Después de las palabras de la joven, la atmósfera rápidamente se volvió pesada, un gran silencio incómodo creciendo entre ambos. ¿Que sería peor que encontrar a tu ex pareja, que aparte te acosaba?

— Lo siento...- El joven murmuró derrotado, se sentía patético al tener que disculparse.

— Hubiese bastado antes de que comenzaras a acosarme. Ahora, parece lo menos.- La joven suspiró, sacudiendo su cabeza con molestia.

— ¡Lo sé! Mira. En mi familia no es común comunicarnos.- El pelinegro murmuró, mintiendo descaradamente.

— Por favor. Todos sabemos cómo es tu padre, no trates de hacerte la víctima ahora.- La joven soltó una sonrisa sarcástica.

— Bien.- El joven suspiró, tratando de buscar alguna otra excusa o algo que lo salve de la situación tan patética en la que se encontraba.— Aún así... Supongo... Supongo que te extrañé un poco.- El joven murmuró mientras miraba a un costado, sintiendo sus mejillas calentarse por el sonrojo que subía en ellas.

— ¿Ah si?  Pobre de ti. ¿Mereces un perdón por eso?- La jóven sonrió, cruzándose de brazos.

— Supongo que no... Mira, no estoy diciendo que me perdones automáticamente, ¡Simplemente quiero una oportunidad!- El pelinegro confesó humillado, arduamente mirando a los ojos de la joven, en este punto, el rostro del pelinegro estaba totalmente cubierto en rojo.

— ... Eugh... Es perturbante viéndote rogar.- La joven soltó un suspiro, mirando a un costado mientras sus brazos bajaban a sus costados.

— Bueno... Mira... Si planeas burlarte de mi intento de expresarme correctamente, prefiero irme.- El pelinegro hizo un puchero mientras suspiraba.

— Si, si. Mi parte favorita es cuando te haces la víctima.- La joven suspiró, abriendo la puerta de su casa.— En el sofá. Media hora para explicarte.-

El pelinegro miró sorprendido a la puerta abierta antes de girar y ver a la joven. El joven se apresuró a entrar a la casa. El lugar le brindaba alguna forma de nostalgia, recordaba visitar a su ex pareja cuando eran niños.

— Tu casa se mantuvo igual...- El jóven murmuró suavemente, mirando alrededor como si fuera la primera vez que estaba en el lugar.

— Hmmph, no le veía sentido a cambiar algo.- La joven suspiró, dirigiéndose a la cocina.— ¿Hambre?

—  ... Bastante...— El joven suspiró apenado, nuevamente el tono rojo volviendo a sus mejillas.

[...]

Ambos jóvenes se encontraban tomando té en la sala de la joven. La bebida le recordaba al pelinegro sobre su amigo.

— ¿Y pip? ¿Sigues hablando con él?- Murmuró el pelinegro mientras sorbia su té.

— Ah si. De hecho hoy en la mañana les conté a nuestros amigos sobre que me sentía acosada, seguida y hostigada.- La joven soltó, más que nada tratando de molestar al pelinegro.

— Estoy seguro que las tres palabras significan casi lo mismo...- El pelinegro soltó una sonrisa.

— Quizá.-

— No deberías arruinar mi reputación así.- Murmuró, soltando una sonrisa sarcástica.

— No deberías hacerlo tú mismo.- La joven suspiró.— En fin. Estamos perdiendo tiempo. Tu tiempo corre desde ahora.- La joven soltó, poniendo su taza de té en la mesita de sala.

El pelinegro miró a la joven de manera nerviosa. ¿Que podría decir? ¿Acaso había forma de justificar sus actos? Usar la excusa de extrañar a la joven no le había funcionado antes, y definitivamente no funcionaría ahora.

— Bueno... No tengo mucho que decir de hecho...- El joven suspiró.- Lo que hice fué por las mismas razones de la última vez. No sabía cómo acercarme...-

El silencio se hizo presente en la sala del hogar, ambos jóvenes mirándose entre ellos, el ambiente volviéndose pesado para el pelinegro, a diferencia de la joven que se veía bastante tranquila para tener a su acosador en casa.

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Ni modo, les tocó esperar otro año para la siguiente actualización. 🥺🗣️