Una extraña mestiza amnésica

Capítulo 12: Campistas vs Cazadoras

Percy Jackson y los dioses del Olimpo pertenece a Rick Riordan.

Una extraña Mestiza amnésica

(Penélope/Penny)
Llegar a este Campamento Mestizo, me trae solo unos pocos recuerdos borrosos de un pasado, que ya no sé si es real o no lo es.

Recuerdo haberme enfrentado al Minotauro, despertar en la Enfermería.

Recordé el juego de Captura la bandera, el combate contra el Sabueso del Infierno y salir a buscar el Rayo e indirectamente, el Casco de Invisibilidad de Hades.

El Mar de los monstruos.

El encuentro con los Di Angelo, Artemisa y las Cazadoras. Los combates, llegar a Temalpais y enfrentar a Atlas, la muerte de Zoë.

El Laberinto...

Luke sacrificándose, para que Cronos no retornara.

Mi viaje, los doce trabajos de Hércules, para probarle a Atenea, que yo era digna...

No.

Yo era digno.

Digno.

De casarme con su hija.

Annabeth. La Chica Sabia.

Jack Payton engañó a todos, sedujo a Annabeth.

Me marché.

Caí en el mar griego de Ponto y las Cazadoras me encontraron.

Pero Ponto era mucho más, que solo mar. Era una deidad, igual que lo era mi padre Poseidón. Era aquel que estuvo antes, aquel que (quizás) formó la idea y el concepto de los mares, dividiéndolos de Océano: El primordial.

Recibí varios poderes. Posiblemente, el Consejo Olímpico, sabían quien era yo realmente, pero estaban muy contentos con mis logros en la guerra, así que me dejaron en paz y buscaban como devolverme a la normalidad.

Aquella noche, después de cenar, estaba preparada para derrotar a los Campistas en la captura de la bandera. Ganaríamos, como en el tercer año.

Iba a ser un partido muy reducido: sólo dieciséis cazadoras, incluyendo a Bianca di Angelo, y más o menos el mismo número de campistas.

Nuevamente, los campistas ayudaban a las hijas de Afrodita a colocarse las armaduras rosadas. Las hijas de Afrodita no eran rivales a ignorar. Podían ser sumamente fieras en el campo de batalla, si creían que luchaban por algo justo y si al menos dos o tres de ellas, eran como Silena Beauregard, entonces no sería un triunfo sencillo, en lo más mínimo.

Los hijos de Ares eran muchos y eran guerreros natos. Era obvio que nos enfrentarían.

Los cascos de Quirón resonaron en el suelo del pabellón. — ¡Héroes! —llamó. —Ya conocéis las reglas. El arroyo es la línea divisoria. El equipo azul, del Campamento Mestizo, ocupará el bosque del oeste.

— ¡Equipo rojo! ¡Síganme! —gritaron Thalía y Zoë al mismo tiempo, actuando como Capitanas, para luego mirarse mutuamente a los ojos. Miré a Artemisa y ella me devolvió la mirada: Esto sería muy cansado y tendríamos problemas y caos.

— ¡VAMOS CON TODO, EQUIPO AZUL! —Todos nos giramos, para ver quien había gritado ¡¿Jack Payton, ese desgraciado hijo de Zeus era el líder del Campamento y del Equipo Azul?! ¡Cuando recuperé mis recuerdos, espera ver a Nico liderándolos!

¿Dónde estaba Nico?

Miré de un lado a otro. Vi que sí estaba en el equipo y hablaba con cuatro Campistas, quienes asentían a sus palabras y nadie les prestaba atención.

Los demás campistas, seguían a Jack con grandes sonrisas arrogantes, diciendo cosas como: «Tenemos esto ganado» o «No importa lo que Zeus diga de Jack, él es el más poderoso y no ese tan Percy Jackson»

Las Cazadoras tomamos nuestro camino y en medio de este, Zoë y Thalía, daban ordenes contradictorias: ¿Celyn, Phoebe y, se ubicaban a la izquierda como indicaba Zoë o a la derecha como indicaba Thalía?, ¿Bianca, Hazel y yo íbamos al frente como indicaba Zoë o protegeríamos la bandera como indicaba Thalía?

Suspiré, negué con la cabeza y les pedí a Bianca y a Hazel (con señas, para no hablar y no molestar a las Co-Capitanas) seguirme a mí. Fuimos por el flanco derecho, sin que mis otras dos novias, me notaran.

Charlotte y Tris, eran hijas de Hefesto y el tiempo como Cazadoras, no les arrebató lo que estaba en su sangre: Crear. Ellas dos, llevaban trampas en sus manos y nos pasaron, corriendo a gran velocidad a nuestro lado.

Obviamente, querían proteger nuestra zona del bosque.

Entonces, después de que Charlotte y Tris, nos ganaron ventaja, tres semidioses aparecieron. Y vaya grupito más disparejo.

Lo peor que puede pasarte en una guerra, es no querer a tus compañeros cerca de ti: Nico y Will nos vieron y se asustaron por un segundo.

Jack enseñó una sonrisa engreída. Solo son tres. Nosotras desenfundamos nuestros arcos (en mi caso, mis cuchillos arrojadizos) —Yo me encargaré de ellas: Ustedes espérenme aquí, en lo que voy por la... ¡bandera! —Los tres tuvieron que protegerse con sus escudos, cuando nuestras flechas y cuchillos, les llovieron encima.

Escuchamos el ruido de espadas chocando con metal y de metal siendo impactado (obviamente por flechas) a la lejanía. Así que nosotras, entramos en combate también.

Jack enseñó una sonrisa y rodeó con relámpagos su espada, lanzándose en mi contra y yo pisé firme y fuertemente la tierra, causando un terremoto, que desestabilizó a mis oponentes, permitiéndoles a mis compañeras, dispararles flechas.

— ¡ESTE MOCOSO ES MÍO, PENNY! —Era mi Cara de Pino, saliendo desde las sombras, usando mi hombro como punto de apoyo y lanzándose contra su hermano menor, con su lanza en mano.

— ¡¿MOCOSO?! —Gruñó Jack furioso con su hermana mayor. — ¡¿SABES SI QUIERA QUIEN SOY, PEQUEÑA VIRGEN?!

— ¿Un mocoso cabeza de helio, roba novias y roba créditos? —Preguntó Thalía, con una sonrisa gigantesca.

— ¡¿CÓMO TE ATREVES?! —Rugió Jack, con sus ojos conteniendo relámpagos azules. — ¡SOY JACK PAYTON, MÁXIMO LÍDER DEL CAMPAMENTO MESTIZO E HIJO DE ZƎƲƵ! —El nombre de mi tío, sonó extraño en sus labios. Como si los hijos de Apolo lo hubieran maldecido, para que algún tipo de raro sonido de censura televisivo, apareciera cuando intentaba nombrar a su padre. Pero él se mostró sorprendido por algo y por la técnica infalible de Thalía, con su lanza. Seguramente, estaría viendo los mismos rayos, en los ojos de su hermana mayor. Thalía lanzaba estocadas rápidas y certeras, las cuales resultarían mortales, si no fuera por la armadura que lo recubría. Jack era mucha boca y poca acción, pues las puñaladas de Thalía, los mandaban al suelo todo el tiempo, sin que apenas pudiera usar la espalda para defenderse, desviar la punta de la lanza o intentar cortarla. — ¡SOY UN HIJO DE ZƎƲƵ Y NO VOY A SER DERROTADO POR UN MONTÓN DE PERRAS VIRGENES!

—Solo eres un estúpido —gruñimos Thalía y yo, mientras que yo invocaba el agua del arroyo, formando una especie de techo de agua, que pronto fue golpeado por el rayo y ganó energía eléctrica.

—El agua puede tomar muchas formas, ser golpeado de cientos de maneras y todavía, mantenerse estable y, además: El agua es un acumulador y conductor eléctrico —Y enseñé una sonrisa demencial, mientras movía mi mano derecha al frente, arrojándoles el agua voltaica, a la cual Thalía le añadió más electricidad, electrocutando al imbécil que me hizo exiliarme, a mi hermanito pequeño (quien realmente es mayor que yo) y a su novio.

Cerré los ojos y fui electrocutando a los otros diez campistas, si es que los encontraba.

— ¡LAS CAZADORAS GANAN! —Se escuchó el grito desde algún lugar, resonando por todo el campamento.