Cap 1

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Diciembre 199X

18 años antes de la actualidad.

Una sala blanca, un hombre de bata activaba una grabadora de mano, mientras escribía en su carpeta

-Prototipo JD-001, Mutación selectiva.- Hablo tranquilo con una voz ronca de hombre mayor- El sujeto en cuestión no presenta ninguna anomalía ante la ingesta del R14, Además de un dolor de cabeza no parece que el gen meta-humano haya despertado. El gestante paterno posee el Gen meta humano de sección mental: Borra memoria, Mientras que la Gestante materna no posee el gen mutante.- El hombre suspira al ver los documentos- El sujeto JD-001, No parece tener el gen meta-humano de nacimiento, mi hipótesis: Se descarta seguir con el tratamiento, se le dará la dosis del anti suero R4. - El hombre plasmo un sello de "Cancelado" al Documento frente a él, con la foto de una niña con los ojos cansados y su cabello negro corto.-Se planea mejores resultados con el prototipo JD-002 al introducir el R14 desde su gestación fetal, Caso contrario a JD-001 Quien se inició al año de vida.

-papi?- La voz de una niña se escuchó antes de que la grabación se detuviera.

Octubre 20XX

Actualidad.

-Woaah! Jane lo has visto?- La voz chillona de mi hermano pequeño me distrajo de mi tarea de pelar aquella manzana para él. Ian se encontraba de pie en la cama de hospital, lo más cerca que podía del televisor del cuarto.- Ha volado tan rápido!

-Ian, Basta, molestas a los demás- lo regañe dándole una mirada de disculpa a los pacientes de las camillas de alado. Por fortuna, las dos personas, me sonrieron dando a entender que no pasaba nada, Supongo que la personalidad alegre de Ian era refrescante en este lugar. –Toma. – le doy la manzana ya cortada, y veo cómo se las lleva a la boca sin apartar la vista. Nunca lograba entender de donde sacaba aquella fuerza, sus delgados brazos tenían hematomas por las inyecciones y la toma de sangre, tenía una bata fea y estaba en la cama más incómoda. Pero aun así, sonreía, Se mantenía optimista. Y aun con el asco que sentía en mi interior, no podía negar que irónicamente era por aquel bastardo.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo cuando le di un vistazo a la televisión, en ella trasmitían una grabación del héroe top mundial, El héroe Binary Star.

Mi rostro, se mantenía en una cara seria. Pero en mi interior los peores insultos y blasfemias eran dirigidas a el. La razón: No era una opinión popular el tirar odio a una figura querida por el público (Como si necesitara más mierda en mi vida). Y lo más importante, el fan número uno de Ese imbécil estaba ahora frente a mí, llenando sus mejillas con manzana.

Si era lo que le mantenía feliz y le daba fuerza durante estos momentos, por supuesto que me tragaba el asco, y mi rostro se mantenía con una sonrisa al escuchar de él.

Mi teléfono suena, fue lo único que durante mi visita que consiguió que Ian apartara la vista del televisor. Me miraba con esos ojos grandes verdes, iguales a los míos, y una mueca de tristeza.
Acaricio su cabello, y le doy la mejor mirada puedo.
-Bueno amigo. Debo irme.- Comencé a recoger mis cosas. Cuando la mano de Ian toma de mi chaqueta.

-Puedes, quedarte esta noche?- Su voz era débil, como si se hubiera armado de valor para decírmelo
Había algo más doloroso que la súplica de un niño de 7 años por miedo al abandono ?

Abrase a Ian, No podría negar que se había mantenido fuerte, pero esta había sido su estadía más larga en el hospital, habiendo pasado ya 2 semanas donde solo podía verlo en cuando el horario de visita coincidía con la de mi salida del trabajo de la mañana. También era triste para mí, pero si no iba a mi trabajo nocturno no podría seguir pagando los estudios y la factura medica de mi hermano.

-Eh, amigo... sabes que esos maniquíes no se cuidaran solos.- trate de calmarlo, el solo se quedó en silencio asintiendo con su carita agachada.

-Tranquilo, pastelito- Hablo la señora mayor de a lado- Yo te seguiré haciendo compañía esta noche, aun no se todo de ese... como se llama... BINARIA ESTRELLADA

-Binary Star! Señora Hopes.- corrigió mi hermano mirando el techo con cara cansada. Parece que había estado contando TODO lo que sabía de ese estúpido. Casi sentí lastima por la dulce viejecilla, pero si eso los hacia felices a los dos que mejor.

Le agradecí, e hice mi ritual de despedida a mi hermano: plantar en un beso ambas mejillas, uno en la frente y uno final en la nariz. El truco era que no sabía cuándo en vez de un beso recibiría un mordidita en la punta de la nariz, hoy fue ese día. Y como siempre no se lo esperaba. Al menos ahora sonreía mientras se pasaba a la cama de la señora Hopes con papeles de su carpeta de héroes en sus bracitos

Salí de ahí sintiéndome menos peor, pero aun así... Debía seguir

Tome a tiempo el subterráneo que me llevaba al otro lado de la ciudad, donde se encontraba mi segundo trabajo. Fue suerte quizás que lo haya logrado encontrar, Era de mesera en un Club nocturno en la zona adinerada donde pagaban muy bien, Mantenía en secreto esto de mi hermano con el supuesto trabajo de guardia nocturno. No tenía nada de qué avergonzarme, además de aquella vestimenta tan reveladora... Por fortuna el lugar cuidaba mucho a sus empleados. Su única regla: Mira todo lo que quieras, pero NUNCA toques al personal.

Y eso ya era de mucha ayuda.

Diario me preguntaba si mis padres, se estarían retorciendo en su tumba si vieran que todo el dinero que invirtieron en mi educación en las mejores escuelas, y las clases de gimnasia artística, termino en esto: Mesera en una cafetería loca de día, y mesera durante la noche en un club nocturno. Sin mencionar la noche cada cierto tiempo me pagaban una suma exagerada por bailar en el área vip. Por fortuna, mi imagen siempre estaba protegida por la peluca y la regla de oro.

Fue otra noche tranquila. Si se podría llamar así. Las propinas habían sido más de lo que tengo estimado en mis gastos, en la mañana siguiente voy a mi trabajo en la cafetería, planeando comprar algo para Ian saliendo.

Mi mente estaba cansada por las pocas horas de sueño (si se podía llamar asi) nada que una buena taza de café no cure. Aquel sabor amargo era un elixir para mi cuerpo, y no lo disimulaba.

Suspire aliviada dando la vuelta al mostrador, Cuando casi derramo la bebida sobre mí al ver a un cliente. 

Cierra tus ojos, y abre tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora