Cap 4

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Cap 4

-Ok, Niño ya... llegue a mi limite

En mi tierna inocencia creí que después de ver al idiota estrellado, Ian estaría satisfecho e iríamos a casa. Pero NO!

El niño parecía que había recargado su batería y me llevo por toda la feria, subiendo a todas las atracciones; a las que su corta estatura logro subir. Pero lamentablemente Su hermana mayor no tenía el mismo tanque de energía que él. Me desplome en la banca más cercana.
El día había terminado en menos de dos horas llegaría la noche

-P-pero, aun falta la rueda de la fortuna- Me miro algo apenado viendo la gran rueda ahora con las luces encendidas.

Ian no era el típico niño el cual hacia reabiertas o pedía cosas. Me sentía culpable por al día siguiente ya no será lo mismo, Volvía a la vida real de saber que comprar, Que aun cuando no estábamos en una posición mala, no podríamos volver a costearnos una aventura así en tiempo.

Solté un largo suspiro dejando caer mi cabeza hacia atrás, y volver a mirarlo.

-Esta será la última!

Caminamos a la gran rueda. Para ser justos, deje que Ian cargara la mochila con nuestras botellas de agua, su ropa, mi suéter y la tonta figura del héroe.
Creía que la altura asustaría a Ian y lo haría cambia de opinión, pero parecía emocionarlo. Bueno, una vez montados, no había marcha atrás, las vueltas eran lentas, y a decir verdad era relajante.

-Es como si pudiera volar Jane!- Dijo emocionado- Soy un super héroe.

No quise arruinar su fantasía recordándole que los poderes, si es que lo tienes se manifiestan de bebé, por lo que él no tenía aquel gen para ser un super-heroe como esos.

-Oh... por favor sálvame, súper...-Dramatizaba poniendo mis manos en mi frente y mi pecho cual damisela en peligro, cuando me di cuenta que me faltaban datos para mi gran actuación- Cuál es tu nombre?

Ian precio darse cuenta de algo importante por lo que se quedó callado hasta que la rueda dio otra vuelta a pocos segundos de llegar a la cima, Ian grito

-Increible-boy!!

En medio de su gran revelación de identidad, Nuestra cabina tambaleo, tuve que tomar a Ian rápidamente antes de que cayera al suelo metálico.

Algo sin duda estaba mal. Ian me miro preocupado, estábamos en lo más alto de la rueda de la fortuna, cuando un chirrido nos volvió a sacudir de golpe, se había detenido.

-Tranquilo... debe de estar subiendo más gente.

Parecía estar más calmado soltando su agarre de mi brazo. En otro chirrido nuestra cabina se ladeo haciéndonos caer, escuche gritos de las personas, quienes desde miraban desde abajo

Fue hasta ese momento que aquel pequeño dolor característico apareció, y con ello una imagen: La cabina se inclinaría más haciendo que Ian se cayera por las puestas cediendo ante su impacto.

Actué de inmediato sosteniendo a Ian, y sujetando con fuerza las barandillas de seguridad. En menos de un segundo después ocurrió lo de mi visión, pero no había más, Nada me decía que pasaría después, mi mano comenzaba a resbalarse de la barra de metal a la que me sujetaba. Mire abajo. El pánico surgía de los espectadores, y mi pequeño hermano que temblaba de miedo sujetándose con fuerza a mí.

Dios, tenía mucho miedo.

-Tranquilos, todo está bien ahora

Una voz varonil y energética resonó sobre los gritos de miedo y el mandito dolor de cabeza de mi última visión.

Cierra tus ojos, y abre tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora