Capitulo 2

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“La paz comienza con una sonrisa”
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Estos últimos dos días lo único que hacia al despertarme era rezar para que a Danny Moore se le caiga el avión,se le estropee el traje,se le mojen los papeles o se le borre su vídeo tan asquerosamente inspirador.Sabia perfectamente que estaba pesimo desearle el mal a los demás,pero me era imposible siquiera pensarlo.

Además,las últimas madrugadas me la pasaba como adolescente descubriendo el porro por primera vez,no despegaba ni dos segundos mi mirada de la pantalla o mi cuerpo de la silla.El simulador de carreras era mi distracción más adictiva que volvía mis ojeras tan oscuras como hoyos sin fondo.Las prácticas con el videojuego nunca habían sido tan desastrosas como en los últimos dos días que pase encerrada en el cuarto de huéspedes de mi apartamento,desde las 10 de la noche hasta las 6 de la mañana me quedaba manejando y ejercitando mi mente para acostumbrarme a la vieja sensación, inevitablemente ocurrieron muchos choques,derrapes o quedadas en último lugar pero era mejor eso a qué nada.

No quería que Nissan aceptará la oferta ni por asomo,aunque gran parte de mi inconsciente me gritaba constantemente,hasta en mis pesadillas,que Danny ya había comenzado el concurso y solo me esperaba a mi en su estúpido jet privado con destino a Reino Unido.

Y no estuve muy equivocada.

Al día siguiente de la segunda noche de desvelo ,llegué a la compañía como normalmente hago,estacione mi auto,saludé al señor Conti,subí hasta el piso de mi oficina y desayune el cafe con una porción de tiramisú que Erica me compraba todas las mañanas.

Abrí la puerta de mi estudio y dejé mi gabardina sobre el perchero,tome asiento en mi escritorio y comencé a comer mientras observaba unos papeles y gráficos de los nuevos ajustes que querían realizar para la carrera de Le mans este año.

Los planos mostraban los ángulos y la separación de por partes de las piezas del autos,en unos papeles aparte se describian el material,como y para que servian las piezas.El objetivo del nuevo modelo era que sean mas ligeros y delicados en comparacion a los autos actuales.

Las ruedas tenían que mantenerse en el suelo,lo suficiente para que el auto no salga volando debido a la velocidad,el viento y la gravedad que había al rededor cuando se manejaba un auto de estos rangos.

No quería que hayan accidentes innecesarios y hacerme responsable de muertes.

Ya tenía suficiente.

Me quedé mirando fijamente la ciudad que se veía a través del ventanal de mi oficina,Maranello era un pueblo habiatafo mayormente por la fabrica y empresa de Ferrari,no era muy llamativo,nada iba mas alla de arboles y edificios italianos.

El cielo estaba despejado y a lo lejos se podían ver las calles curveadas que a veces ultilizaban para probar los nuevos modelos.Todo en Ferrari era rojo,amarillo y negro,salvó por algunos detalles en blanco,estos eran los colores que más predominan.

Suspiré y seguí con los papeles que me faltaban por organizar cuando estaba saboreando mi último pedazo de Tiramisú con un deleite extremo cuando Erica abrió la puerta con la respiración agitada,sudor corriendo por su rostro y una mueca de pánico que hizo que mi estómago se revolviera a no dar más.

Fue una pesadilla hecha persona cuando escuché decir a Erica:–¡Aprobaron el proyecto de Moore!

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LA PISTA DE TU CORAZÓN | Jann Mardenborough Donde viven las historias. Descúbrelo ahora