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A la mañana siguiente, Manjiro despertó primero y se dispuso a ordenar el departamento de Cleo. No era su deber y tampoco es que le gustara hacerlo, pero aun así lo hizo. Quizá era la culpa, o tal vez una simple distracción para no pensar en la escena de la noche anterior.
Mientras recogía botellas vacías y papeles desordenados, el teléfono sonó. Dudó en contestar, pero al final, con un suspiro, levantó el auricular.
Voz femenina: Vaya, ¡qué milagro que contestes! -se escuchó la voz de una mujer al otro lado-. Te recuerdo que los resultados de tus exámenes ya están y necesitamos verlos para decidir cómo proceder. Deja tu odio por los hospitales un momento y ven, ¿quieres?
Manjiro: ¿Cleo necesita ir al hospital?
Voz femenina: ¿Quién eres tú? ¿Y qué haces en la casa de Cleo contestando su teléfono?
Manjiro: Soy Manjiro, su...
Voz femenina: ¡Oh, eres el niño del cual se hizo tutora, ¿no? Qué raro que te permitiera entrar a su casa; por lo general, no deja entrar a nadie.
Manjiro: Sí, bueno, fue una necesidad...
Voz femenina: Mmm, ya veo. Como sea, dile que tiene que venir cuanto antes al hospital, es importante.
Manjiro: ¿Ella está bien?
Voz femenina: Lo siento, pero es algo que debo hablar con ella, no contigo.
Manjiro: Entiendo, le avisaré.
Voz femenina: Gracias, adiós.
Manjiro: Adiós.
Manjiro colgó el teléfono y se quedó un momento en silencio, mirando el desastre del departamento, pensando en lo que acababa de escuchar. Cleo nunca había mencionado nada sobre su salud, y la idea de que estuviera enferma lo inquietaba. Terminó de ordenar lo mejor que pudo y le dejó una nota en la mesa: "Tienes que ir al hospital. Es importante." Luego se marchó a su casa, sintiéndose más confundido que antes.
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Narración de Cleo
Cleo entró en el consultorio, con los labios apretados y la mirada fija en el suelo. Sayuri, su médica de confianza, la recibió con una sonrisa calmada, pero Cleo apenas la miró.
Cleo: Te odio.
Sayuri: No me odies por tener que venir al hospital, Cleo. Es necesario hacerte un seguimiento.
Cleo: ¿Con qué fin? Total, mi vida es un asco.
Sayuri: No digas eso. Por lo que hablé hoy con Manjiro, él se preocupa por ti.
Cleo: Anoche me vio.
Sayuri: ¿Te vio? -preguntó, sin entender del todo.
Cleo: Ya sabes... me vio... con eso en las manos.
Sayuri: Oh...
Cleo se dejó caer en la silla, mirando al techo para evitar las lágrimas que amenazaban con salir.
Cleo: No sé cómo verlo a la cara. Escuché cómo ordenaba mi departamento hoy, pero simplemente no podía levantarme y enfrentarlo... Mierda, me convertí en una cobarde.
Sayuri: No te culpes. Estás en una situación de gran estrés; es normal recaer.
Cleo: Lo sé, pero... simplemente no quiero volver a ser como antes. Aunque sea por una vez en mi vida, me gustaría decir que fui plena.
Sayuri: Tranquila, tendrás mucho tiempo para buscar una vida sana y plena.
Cleo suspiró, sin creer del todo en esas palabras. Su mente divagó por un momento, recordando los días caóticos de su juventud, la violencia familiar, las noches escapando por callejones, y ahora, la enfermedad que le estaba arrebatando la vida lentamente, sin que nadie lo supiera.
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Adore me
FanfictionAl borde del desquicio total encontre un faro de luz en la oscuridad -Diferencia de edades- Cielo-magico