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—Agua... Por favor, agua —murmuro aquella joven entre los brazos de aquel alfa pelirrojo que no dejaba de meter su verga bien adentro de manera lenta.
Llevaban horas en eso, en aquella habitación del bar donde el barco del pelirrojo arribo, una joven Omega que peleaba en el callejón contra unos rufianes para que no la tocasen entro en celo cuando el alfa del pelirrojo utilizó su Haki de emperador a petición de Killer puesto que la chica tenía valentía.
¿Quién era Kid para resistirse ante más peticiones de aquella Omega necesitada de su alfa? ¿Quién diría que encontraría algo que no buscaba pero que su lobo interno le pedía desde hace ya un tiempo justo en esta isla?
La joven chica gemía tímidamente sintiendo como toda su anatomía se expandía a medida que el pelirrojo la penetraba lentamente estimulandola a medida que pasa el tiempo.
—Por supuesto, hoy estoy de buenas para cumplir lo que me pides.
Kid acerco el vaso hacia los débiles labios de la fémina arriba de su regazo, estaba sentado en la silla cómoda de su escritorio con el espejo de frente para que viera el desastre que hace con ella.
—A partir de ahora —murmuro lamiendo la marca que hizo—, serás mía. Estarás en mi barco para satisfacerme cada que te lo pida sin rechistar y si me estorbas te echo al agua, ¿quedó claro?
—Si mi alfa.
Así, nació una tóxica y exótica aventura entre este par donde muy internamente aquel pirata pelirrojo estaba feliz de tener una compañera que lo complementará a su lado aunque esté no lo admitiera.
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—Law...
Aquel gemido fue estremecedor, el tibio aliento del alfa pelinegro pegaba contra cus pezones dejando marcas a su paso mientras la mujer arriba de él subía y bajaba con lentitud.
La mezcla de aromas era exquisita, el nido de amor que tenían en la cama es testigo de cómo aquellos cuerpos se toman uno a otro con pasión.
