It's My Life

Chicago

El viaje a Chicago fue increíble, y diciendo eso me quedo corta.

La pasamos de novela todos juntos, como en los viejos tiempos. Dani, Amy, Calum, Ashton, Michael, Emily y Luke fueron indispensables en todo momento.

La estadía era en un hotel. Las habitaciones no podían ser mixtas, por lo que cuando entraba la noche, nos las arreglábamos para dejar a Cal y Amy en una habitación solos y todos los demás salíamos o nos quedábamos en otra jugando, fumando, cantando, divirtiéndonos.

Nos escapamos por la noche más de una vez en las dos semanas que estuvimos allí y deambulamos por las calles sin saber muy bien en dónde putas estábamos. Tampoco nos importaba demasiado ya que la pasábamos genial.

Con Michael estaba todo bien. Quiero decir, no actuábamos como si no hubiera pasado nada pero tampoco existía esa tensión que había entre nosotros hasta hacían unos meses atrás.

Yo me hice muy amiga de Ashton. Pasábamos mucho tiempo juntos, era el chico mas gracioso y tonto del mundo, de verdad. Dani siempre se nos unía y hacíamos videos, fumábamos juntos o lo que sea, pero siempre había algo que hacer.

Con Luke las cosas estaban muy mal. Gracias a esa amistad que tenía con Ashton, el chico me contó que Luke ya se había dado por vencido, que no quería saber nada de mi y a mi me parecía bien. Bueno, en realidad, no. Simulé que no me importaba cuando la verdad fue que me dolió mucho escuchar eso, fue como que caí en la cuenta de que Luke ya no estaría mas detrás de mi. No estaría pendiente si le perdonaba o no, probablemente ya no sentía nada, ya había olvidado todo.

Esa noche que me enteré de semejante cosa, decidí emborracharme. Invité a Dani y nos escapamos las dos solas a un nightclub al cual ya habíamos ido con todos los chicos en una ocasión. Ella accedió y allí fuimos. Recuerdo que fue un sábado a la noche, fue una noche muy loca.

-Este lugar de verdad es muy bueno. Además... mira los chicos que hay, de verdad quiero hacer algo esta noche- me dice Danielle cuando entramos al local.

-No saldremos solas de aquí hoy, Dani-ambas reímos de mi chiste sin saber que eso iba a ser cierto.

Comencé a beber alcohol y a bailar. A la quinta copa ya no sentía mis pies y me movía solo porque los de mi alrededor lo hacían. Había estado bailando toda la noche con un chico el cual se había presentado como Thomas y me había sacado a bailar. Estábamos muy juntos, muy cerca bailando ya desde hacía un buen rato cuando me propuso irnos de allí. Si bien no estaba muy lúcida, tampoco estaba completamente ebria y sabía lo que podía pasar si me iba con él. Sin embargo, sin pensar en consecuencias y sin reparar en los posibles daños, accedí y me fui con el.

El me tomó de la cintura y caminamos a través de la masa de gente. Atravesamos la disco hasta llegar a los baños. Entramos, él trancó la puerta y me sentó sobre el lavabo, para luego acomodarse entre mis piernas y comenzar a besarme apasionadamente. Acariciaba mi espalda desesperadamente y yo enterraba mis dedos en su cabello morocho alborotado. Me subió el vestido hasta la cintura y besó mi cuello a mordiscos. Metió sus manos bajo mi vestido y acarició mi trasero y mis piernas presionando mi piel con sus dedos. Desprendí los botones de su camisa y me deshice de ella. Acariciaba su pecho desnudo mientras mordisqueaba su cuello. Él desabrochó mi sostén y lo lanzó al suelo. Pude sentir un cosquilleo en mi vientre. Jamás lo había hecho en un baño público, y menos con un extraño, bueno, no tan extraño.

El un momento, él se aparta y baja el cierre de sus pantalones, se quita primero su ropa interior y luego la mía. Siento algo duro y caliente golpeando contra mi abdomen. Me toma de la cintura, me levanta del lavabo y me sostiene contra la pared. Separa mis piernas y entra en mí profundamente. Doy un gemido fuerte y araño su espalda. El chico me toma de la cintura en cada embestida y me hace llegar hasta el clímax mientras siento que dentro de mí se vacía algo caliente y húmedo.