Leonardo pensaba que era la elise principal, sin embargo fue el rutor de cola, accionando que el elipcotero diera vueltas sin control.
Julieta gritaba con todas sus fuerzas viéndose ante aquella situación. Leonardo no emitía ningún sonido, pues aún estába en shock por lo que pasaba en ese momento. Reaccionó y pensó en todos sus entrenamientos y recordó que hacer en una sitúacion como esa, aunque era muy diferente vivirlo en un simulador que en una situación real. Sabía que podía hacer una aterrizaje forzado, aunque las posibilidades de que salieran bien eran escasas.
Como pudo maniobro el helicóptero y al ver en el horizonte algo que parecía tierra firme, supo que podía aterrizar allí.
***
-¿Donde estoy? Pregunto Julieta, agarrando su cabeza ya que le dolía debido a un golpe recibido en el aterrizaje.
Al recobrar un poco el sentido miro a su lado y vio a Leonardo inconsiente. El miedo se apoderó de ella. Intento zafarse de la protección para ayudar a su jefe, pero estas estaban muy ajustadas y los intentos eran fallidos. Al verse impotente comenzó a llorar con desespero.
En ese instante Leonardo despertó y al darse cuenta de la situación reaccionó de inmediato. Por suerte pudo safarse de su protección y enseguida precedió a ayudar a su acompañante, quien se encontraba terriblemente nerviosa, incluso, hasta el lo estaba.
Al bajarse de aquel aparato destruido, vieron algunos golpes que tenían, pero le restaron importancia ya que eso era algo mínimo a comparación de lo que le había sucedido.
-¿Dónde estamos?- pregunto desconsertada.
-En algún lugar del mar Atlántico.- Afirmo
Comenzaron a ver a su alrededor, aquello era maravilloso. Un mar azul cristalino, de tranquilas olas estaba frente a ellos, acompañado de una blanca y suave arena, al punto de parecer artificial, a los alrededores había una que otra gigante roca, que hacia de aquel lugar un paraíso.
-¿Ahora que vamos hacer?- pregunto Julieta desconsertada.
-Hay que explorar el lugar, talvez estemos en una civilización o algo asi. Ven no te separes de mi.-dijo, tomándola del brazo.
Caminaron hacia adentro, donde se encontraban aquellas exuberantes plantas. Caminaron, caminaron y caminaron, pero no salían de aquella sedosa arena. Solo llegaron a ver una variedad de frutos que se encontraban en los árboles.
-Estamos en una isla desierta- Concluyó Leonardo , desesperado, angustiado,lastimado y sobretodo nervioso.
- No puede ser.- poniendo sus manos sobre su cabeza.- ¡todo esto es su culpa!. Si no hubiese querido pilotear su estúpido helicóptero ahora estuviéramos aterrizando en algún aeropuerto S E G U R O S.- grito esta , haciendo énfasis en la última palabra.
-Tienes razón.- dijo Leonardo arrodillandose en la arena arrepentido.
Julieta se dio cuenta que no podía ser tan dura con Leonardo y que tenía que agradecer que aún estában con vida. Sin pensarlo se tumbo al lado de su jefe y repentinamente le abrazo.
-Lo siento. Fui muy desconsiderada al decirte todo eso. Ahora tenemos que buscar fuerza y hallar la forma de salir de este lugar.
-Tienes razón.-le dio una sonrisa y lo primero que se le ocurrió fue buscar sus celulares.- ¡Los celulares!- exclamó con aparente entusiasmo. Julieta se reviso los bolsillos y se dio cuenta que lo había puesto en su maleta.
Corrieron hacia el destartalado helicóptero,ya que Leonardo había dejado el de el en la parte de atrás. Julieta se apresuró y busco el de ella, pero se derrumbó al verificar que no tenia ni la más mínima señal. Corrió hacia al otro lado donde estaba su jefe y al ver que este estába petrificado con su teléfono en la mano, se dio cuenta que estaban en serios problemas.