Capítulo 3

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¿Secretos?
Parte I

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Estaba sentada en su habitación viendo el paisaje de la gran ciudad de lejos, las Dunas del desierto, las 4 lunas, cerró los ojos para tratar de sentir visualizar algo o imaginar algo, sintió un fuerte dolor de cabeza de la nada, se arrodilló en el suelo tomándose la cabeza desesperada, comenzó a respirar lentamente para regular la respiración, se calmó pero seguía un poco el dolor en la cabeza.

De la nada le pareció visualizar un Keplerita Pustynya en medio desierto, vió como se acercaba, era un hombre de ojos amarillos, cabello negro, barba y bigote negro, su cuerpo se veía robusto, notó cómo caminaba hacia ella, se intentó mover pero sintió cómo la arena lo evitaba, miró al mayor, este la miró también y puso su mano en la cabeza de Nilednay la cual volvió a la realidad con un fuerte zumbido en la oreja izquierda.

Rápidamente caminó al baño para verse la oreja izquierda la cual tenía un poco de sangre, se la limpió tranquilamente, escuchó cómo tocaban la puerta de su habitación, con apuro se limpió toda la sangre que tenia en la oreja para ir a abrir la puerta, al ver que era Ocram no tardó en sentir una pequeña vibra de maldad cómo siempre.

-¿Que? -Preguntó cruzandose de brazos un poco arrogante-.

-Quería pasar a ver cómo estabas, ya que esa pelea que tuviste abajo fue un poco fuera de control... Digo... Te enfrentaste a un Keplerita Pustynya -Levantó una ceja mientras se cruzaba de brazos también después de acomodarse un poco su capa-.

-Si estoy bien... Algo adolorida pero estoy bien, gracias por preguntar -Iba a cerrar la puerta-.

-Que bien... ¿No vas a preguntar cómo estoy? -Preguntó el azabache amable viendo los ojos de la muchacha-.

-... No -Cerró la puerta pero a los 5 segundos se escucharon 3 toques, rodó los ojos y volvió a abrir la puerta, Ocram seguía ahí-.

-¿Tienes un mal día? -Preguntó dudoso, Nilednay suspiró buscando pasiencia-.

-No no no, al contrario, solo vete y se mejorará mi día ¿si? -Tenía una sonrisa fingida-.

-¿Segura?, tu cara dice lo contrario -En Nilednay apareció un pequeño tic en el ojo derecho por tanta preguntas de Ocram-.

-¡DEMONIOS OCRAM!, ¡TU PREGUNTAS MUCHAS PREGUNTAS! -Sentía la sangre en sus venas calentarse más que una estrella a punto de convertirse en un agujero negro, Ocram retrocedió un poco al ver que si estaba un poco de mal humor-.

-¡PERO SOLO FUERON TRES PREGUNTAS!... ¡T-R-E-S! -Notó cómo la azabache sacaba dos dagas de sus bolsillos- Ok ok ya ya, perdón perdón perdón, guarda eso, la violencia nunca es una opción querida amiga linda, te invito unos bocadillos de pimientos rojos pero porfavor baja esas dagas -El sudor resbalaba por su frente y por sus cienes al ver a la fémina enojada, notó qué esta le cerró la puerta en la cara miró hacia el suelo algo deprimido, de pronto su mirada se volvió misteriosa, caminó por el pasillo para ir a su habitación donde estaban varias de sus cosas para ejercicios, estudios etc-... Entonces si peleó con un Keplerita Pustynya... Lo sabía, entonces ese tipo no era un Pustynya cualquiera, de alguna manera logró introducirse en la mente de Nilednay por unos minutos, pero Nilednay logró tomar conciencia tan rápido, es algo completamente imposible escapar de un Pustynya, talvez fue suerte, mucha suerte.... -Dijo en su mente, en ese momento la mirada se le tornó oscura estando dentro de su habitación-.

-Nilednay desde niña a tenido una capacidad para controlar sus pensamientos y emociones, tanto así que se había convertido en una persona madura desde los 6 años... Pero... Si Nilednay pudo ser manipulada por unos momentos significa que bajó la guardia y se confío en ese momento, entonces si se puede vencer a Nilednay... Talvez... -Ocram hablaba en su mente con una mirada un poco oscura-.

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