<<Capitulo 2

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"Un fuerte dolor de cabeza se hizo presente"

   Ella podría jurar que había alguien más en esa habitación, podía sentir la vista de alguien clavada sobre su nuca. Se había despertado hacer pocos minutos y en verdad odiaba la sensación que tenía encima.

   Mira a todos lados desconcertada del ambiente, se encontraba en una habitación calida, aunque la incómoda sensación no le daba contraste.
Intento pararse, pero fue en vano, callo de rodillas al piso. Se quedó paralizada ¿Por qué no podía mover siquiera sus pies? Se dio cuenta de cómo abrían el fusuma de la habitación, mostrando a un hombre alto, de piel pálida, cabello plateado y sus ojos...

"¿Tienen más de un color?"

—Oh, que tonta eres, debiste haberte quedado quieta.—Apareció una sonrisa en sus labios, mientras miraba a la chica.

   Apenas podía hablar, su voz Temblaba, la figura frente a ella le causaba escalofríos, ese hombre...No parecía normal, la joven no sabía como describirlo, por más que lo mirara notaba algo diferente.

—¿Te comió la lengua en gato?—Se ríe mientras se acerca a ella, dándole la mano, ayudándola a pararse.

   El sonrie, le encantaba lo ingenua que se veía, tan tonta e inútil. El olor que desprendía la chica logró estremecerlo, era deliciosa.
   

—Dime, ¿Que hacías en ese camino sola?—Pregunto calmado sentándose en la cama a tu lado.

—Yo...Escapé. —Susurraba la chica apenas audible, pero el lo logró escuchar

—Oh, pobrecita ¿De quién escapaste?

—Del distrito rojo...

   El chico de cabello plateado se quedó en silencio durante unos minutos, el ambiente se torno tenso, La chica frente a él Temblaba, mientras bajaba la cabeza evitando el contacto visual, se esperaba un golpe, un regaño o incluso que la hecharan del culto.

—Oh, ya veo, que bueno que ya no tienes que convivir en ese lugar.—El hombre sonrío después de decir eso.

—Yo, en cuanto pueda, me iré lo antes posible, no quiero molestar...—Murmura la joven frente a él.

—Aquí no molestas cariño, puedes quedarte el tiempo que desees.

   ...

  Habían pasado unos días, la joven se dedicaba a tareas normales del culto, como lo eran limpiar y aveces cocinar, a pesar de llevar unas cuantas semanas allí, aún no había hecho contacto directo, con sus compañeras, aunque, tampoco le importaba.
   Tenía un lugar donde pasar la noche, no pasaría frío, ni tendría la preocupación de que un hombre pervertido se meta a su cuarto, como sucedía en El Distrito Rojo.

   El líder del culto, aunque pocas veces lo veía, este mismo siempre que se cruzaba en su camino la saludaba, era raro...muy raro. Veía a ese hombre y sentía en el, una sensación de vacío. Las pocas veces que lo veía atendiendo a sus seguidores, notaba en el una gran falta de empatia, se notaba a lenguas que no le importaba lo que dijeran sus seguidores.

   
—Oye tu.

Una voz sacó a la joven de su transe.

—Si?—Respondió insegura.

—El señor Douma, no preguntes solo ve.—Ordenó el hombre frente a ella.

   Su cuerpo tembló, caminaba por los pasillos camino a la sesión principal. Se encontró una de la ventanas abiertas, nuevamente volvió a temblar alejándose de hay, si alguien la veía cerrandola, seguramente la acosarian se ser ella quien la abrió. Eso estaba prohibido.

   Al llegar al salón, abrió el fusuma encontrándose con el imponente líder.

—Hacia rato no nos veíamos...—Dijo el líder, logrando erizar su piel.

—Que desea señor Douma?..—Hablo en voz baja, intentando no hacer nada que lo pudiera molestar, nuevamente sintió, en el, una sensación de vacío.

  "Deliciosamente sumisa"

   El cuerpo de Douma tembló mientras pensaba. El dulce olor de la chica impregno toda la habitación. Su mandíbula se tenso, quería tomarla, devorarla hay mismo.

  Por otro lado, ella también Temblaba ¿Que paso? El sentimiento de vacío del líder frente a él, había desaparecido. Ella presibia algo, más no sabía que era.

—Puedes hacercante?—Douma rompio el silencio tenso.

   La joven se acerco a el con cautela, sin envargo el la jalo a su lado, acariciaba con suavidad logrado estremecerla, poco a poco quitaba la parte del kimono que cubría el hombro de ella, reposo su cabeza en este.

—Hueles tan jodidamente bien...








&quot;Insensible&quot; |Douma x Lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora