<<Capitulo 4

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  Una fuerte tormenta se estaba formando a lo lejos, lista para atacar. La chica peli-blanca, estaba apunto de terminar su jornada por suerte, el líder del culto no la había vuelto a molestar.
  Llevaba uno o dos meses en ese Culto, si mal no recordaba, aún así, sentía como si siempre estuviese observada, no importaba donde fuera, siempre sentía la sensación de que la miraban. Podía hacerse una idea de quien era, pero era imposible ¿verdad?
 

  Un humano no era capaz de tal cosa. Aunque por la falta de sentimientos y empatia que ella encontraba en el, ni humano podría decirle.
  Tras terminar por fin todas sus tareas, siente derrepente, algo fino rozando su hombro, si darle tiempo a reaccionar, los colmillos del líder del culto estaban clavados en su hombro.
   Un grito ahogado salió de sus labios tras su boca ser tapada por el.

—Mi señor!—Gritó como pudo. El ni se inmutó.—Detengase por favor!—Suplicaba.

  Los colmillos de él se separaron de su hombro, el imponente líder rozó sus labios en la zona mordida, y apto seguido la beso. Su mirada gélida se posicionó sobre la nuca de la chica la cual fue acariciaba minutos después.
  Si decir absolutamente nada se fue.
 
  Ella quedó paralizada, nuevamente ocurrió lo mismo, se había hechando la mala suerte ella solita. Mira hacia la dirección en la que se fue el, sin embargo, no había nadie.

—¿Que?— Dijo atonita, era imposible que alguien  desapareciera tan rápido.

  No le dio más vueltas al asunto y se dirigió a su habitación, lista para descansar, y sobre todo, pensar sobre lo ocurrido anteriormente.

—A dónde con tanta prisa?—La voz de Hana se hizo presente, ella era simplemente molesta. No por que le haya hecho algo malo, si no que la manera de ser de ella, le inrritaba.

—No te importa.—Intento salir de esa situación rápido.

—Oh, estás de mal humor? Tienes mala cara hoy.—Sonreía.

  Esa mujer la sacaba de quisio.

—No. Solo estoy horriblemente cansada, Hana.—Sonreía forzado—Tal vez si pudiese entrar a mi habitación en paz.

—Ah ya veo. No importa ¡Nos vemos!—Salió de su campo visual.

   Al fin, un solo minuto de descanso no costaba nada.

&quot;Insensible&quot; |Douma x Lectora|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora