nueve miaus

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Dios mío

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Dios mío.

Creía que iba a tener un paro. No podía moverse.

—Yoongi. —Dijo con dificultad. —Te ves tan hermoso ahora mismo.

Sus manos temblaban.

—Seré un bruto. No deberíamos hacerlo.

Yoongi puso cara de descontento. Lo miró desde abajo, con sus largas pestañas. Coqueteó con esos ojos, que eran un insulto al creyente, una tentación para la castidad. Lucía angelical, completamente contrario a él.

Sacaba todo lo malo de él. Quería tomarlo, quería poseerlo. Se sentía casi enfermo.

Todos esos sentimientos. Sabía que Yoongi necesitaba esto, lo necesitaba. No había nadie más, solo era él. Yoongi era suyo.

Pero incluso si en su mente era su dueño y quería encadenarlo eternamente a él, dejarlo encarcelado en su corazón, hacerlo su esposo, ninguna forma le parecía adecuada para Yoongi. Este ser surreal que le suplicaba por su miembro.

Oh, Señor.

Era débil.

Tal vez un poco, solo un poco.

—Solo la punta. —Respiró.

Yoongi movió sus hombros, riendo tiernamente. Ver a su hombre con las piernas separadas, el pantalón hecho un desastre con esa... esa polla descomunal fuera, cerca de su cara... Hacía estragos en su mente. Quería meterla en su boca.

—Solo la punta. —Se dijo, con una risita, tratando de convencerse a sí mismo y a Jungkook.

Jungkook asintió, sus mejillas encendidas, tenso.

Yoongi suspiró, se acercó más a él, respirando lentamente. Estaba ansioso, pero no quería hacerlo mal ni asustarlo. Se apoyó en sus muslos, su cara casi recostada en medio. Y con delicadeza acercó su mano.

—Oh. —Soltó cuando las manos cálidas tomaron su polla. Yoongi le sonreía. Le daba confianza, le miraba a los ojos. Él iba a morir. No podía ser real.

—Seré bueno. —Le susurró. Besó tiernamente la punta de su pene, frotándose en sus muslos como si fuese un gatito.

—Oh, Dios. —Yoongi había metido la punta en su boca. No podía describir lo hermoso que se veía.

Chupó una vez, tomándolo.

Cerró los ojos, su cabeza cayendo hacia atrás. No daba más. Se iba a desmayar. No sabía de dónde sostenerse.

Este era el paraíso, su lugar. En la boca de Yoongi.

Yoongi gimió, aunque lo hacía así. Siendo tan mezquino y controlándose, sentía que había nacido para estar de rodillas.

Solo para él.

Chupó con entusiasmo, manteniéndose dentro de sus límites. Quería tenerlo, beber de él.

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⏰ Última actualización: Apr 15 ⏰

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