Un viaje, una pesadilla

Capitulo 7

Llego a mi ya no tan privado hogar, después de 9 horas muy agitado. Todo esta en completo silencio. Llamo a Graichel y a mis perritos, pero no salen, así que marco a su número de teléfono. Para mi sorpresa, esta de paseo con ellos.
La espere intranquilizada en la entrada. 10 minutos para mí fue una hora, apareció y la angustia se me quito. Me pidió disculpa, yo afectuosamente le dije, primero tiene que decirme. Quería ahorcarla, casi me hace dar un infarto.
Fui a darme una ducha, luego hacerme de comer. Es menos de la 5 de la tarde, es temprano. Voy a la terraza con ella para hablar. Tengo que hacerlo aunque no quiera. Solo va dos días viviendo conmigo y ya extraño estar en mi privacidad a gusto, sin ninguna interrupción.
Entre medio de la charla, me atreví a preguntarle ¿Por qué me abrazo anoche? Observe nerviosismo en ella.
Graichel: Estaba haciendo mucho frio y me tome el atrevimiento de abrazarte, no fue mi intención inquietar, lo lamento.
Rasel: Solo me pareció extraño, por que no tenemos la suficiente confianza para que lo hayas hecho.
Ya se esta ocultando el sol, así que me dirijo hacia la cocina para hacer algo rico para las dos.  He estado muy agotada, tal vez ir al medico, sabré como me encuentro de salud.
Todo marcha bien estos últimos dos meses. Graichel se fue para su casa, ya tengo la misma privacidad que solía tener. Estoy haciendo mis deberes en mi laptop. Cuando de pronto una llamada inesperada proveniente del asilo. Lagrimas invadieron mi rostro. Mis padres acaban de fallecer. ¡Eso no me lo esperaba! Al escuchar esas palabras el teléfono se me resbalo de la mano. Me siento devastada, con un vacío enorme en mi corazón. Casi 1 hora aproximadamente llorando, tengo los ojos hinchados.
Organizo las maletas, me llevare dos. En menos de 1 hora, ya me encuentro en el aeropuerto, agarro el primero vuelo, sale a las 4 de la tarde de hoy. Falta 2 horas, así que voy a un establecimiento cerca de comida y otras cosas. Para comprar unos dulces y jugos, mientras espero el vuelo. Sentada en la sala de espera, no dejo de pensar que no los valore y no estuve con ellos cuando mas necesitaban de mí.
Estoy en la casa donde vivían ellos, se siente en completo y absoluto silencio, no es aterrador. Voy a la habitación de huéspedes. Será raro dormir donde solían hacerlo ellos.
Arreglo todas mis cosas en su respectivo lugar, ya después me dirijo al asilo para hablar con los doctores que lo atendía y organizar el funeral. Una señora de unos 75 años u 80, se acerca a mi para decirme, ellos eran muy buenas personas, queridos aquí, su partida nos ha dolido mucho. Se trasmitían mucho amor entre ellos, se amaban mucho. La vida se los quiso llevar juntos. No pude contener mas las lagrimas, termine haciéndolo.
Estoy en el funeral, todos lloran y se me acercan para darme fuerzas, respondo amablemente, pero me abruma. Trato de ser lo mas fuerte que sea posible para evitar llorar.
Llego la noche y todos se están marchando, y yo me quedo completamente sola ahí viéndolos. El dueño del sitio me dice, ya es hora de cerrar, así que me voy para descansar. Mañana será sus entierro, dos a la misma vez, es muy fuerte.
Estando en casa, me siento en el acabado sofá, debo decir que no es bonito, esta un poco degastado. Me hago de comer, no tan pesado. Me voy a darme una ducha para relajar mi cuerpo tan tenso. De pronto escucho la puerta del baño abrirse, eso si me asusto, no hay suficiente viento para que lo haga. Ya lista, me salgo para ver que es, pero no es nadie. ¿Sera mi madre o padre que lo hizo?, estoy invadiendo su propiedad. Pronto me marchare a mi acogedor hogar, pasado mañana lo hare.
Estoy en un profundo sueño, de pronto mi madre se aparece en mi sueño, para tan real que me despierto muy agitada. ¡Vete nunca nos quisiste! Eso me hizo pensar que me tiene resentimiento. No pude dormir mas, mire la hora, indica que aproximadamente las 3 am, ¡Rayos! Es hora donde suelen aparecerse los espíritus. Voy para la sala, ya no me siento bien estando aquí. Alistare todas mis cosas y me marchare hoy, en cuanto amanezca. 
Termino de hacer mis maletas, siento una mano en mi hombro. Se me acelero el corazón demasiado. De inmediato salgo de la casa y me dirijo al aeropuerto. Es evidente que no me quieren ahí. Tal vez venda la casa.
Estando en el aeropuerto, me siento mejor. Ya en 2 horas estoy rumbo a la ciudad, para retomar mi vida demasiado agitada.
Estoy ya en mi casa. Después de bañarme, desayunar y dormir otro rato más, me dedico a ver que hay de nuevo en mis correos, y hacer todo lo que quedo pendiente.