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Aegon despertó sintiéndose sofocado.
Sentía que lo estaban aplastando.
Jadeo, y trato de soltarse de los brazos de Jacaerys.
Lo sostenía como si se le fuera la vida en ello.
Aegon empezó a removerse con más fuerza.
Dioses Valyrios, no era mentira que los Strong eran fuertes.
Bastardo tenía que ser su esposo.
Jacaerys despertó sobresaltado por los movimientos bruscos de Aegon.
–¿Qué demonios estás haciendo, Aegon? –exclamó Jacaerys con voz ronca y llena de confusión, sujetando con más fuerza a su esposo para evitar que se soltara.
Aegon forcejeó con más intensidad, sintiéndose cada vez más atrapado.
–¡Suéltame, Jacaerys! ¡No puedo respirar! –gritó Aegon, mientras luchaba por liberarse de los brazos de su esposo.
Escuchó al maldito cabrón reírse.
–Yo que tú no me movería tanto, cariño –Murmuró con picardia.
Aegon frunció el entrecejo con confusión.
Hasta que lo sintió.
Oh..
La polla de Jacaerys estaba presionando contra sus nalgas.
Aegon sintió los colores subirle por el rostro.
Soltó un gemido bajo cuando Jacaerys se presionó más contra él.
Mierda...
–No hagas eso, idiota... –Murmuró de manera entrecortada.
–¿Por qué no, lindo? –Preguntó con voz ronca.
Aegon empezó a sentir a Jacaerys acariciarlo, y se estremeció cuando sintió como con una de sus manos acariciaba sus nalgas.
Lo escucho soltar un gruñido bajo, y le sintió soltarlo y alejarse.
Estuvo apunto de protestar, si no fuera por qué...
Unas manos le separaron las mejillas y una lengua mojada se deslizó sobre su agujero.
–Oh, mierda... –Lloriqueo al sentir la lengua de Jacaerys pasar por su abertura.
Lo sentía lamer y chupar sus sensibles bordes, por la noche anterior.
Era demasiado, pero aún así se movió intentando retroceder contra la lengua de Jacaerys.
Cuando Jacaerys presiono su lengua y empezó a empujarla hacia adentro, Aegon cerró los ojos con fuerza.
Jacaerys estaba lamiéndolo, con húmedos ruidos y pesados jadeos que se mezclaban con los gemidos de él.
