Capitulo 2

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Después de cepillarme el pelo, me lo agarro con una goma en forma de cebollita, me lavo la cara y busco mis pantuflas, escucho que me llaman todos al unísono y me apresuro en bajar, nuestra casa recién remodelada es mucho mas grande, paso de ser de 2 pisos a 4 pisos y un balcón, claramente nosotras solo podríamos pagar un piso más, pero existe Raúl y el hecho de que el hubiera pagado la remodelación no hace mas que aumentar el interés en mi madre por su dinero.

Me estresa un poco que mi cuarto quede en el 4º piso, pero que se puede esperar de mi madre, que decidió dejarme en el piso mas alto, excluida. Mi cuarto es el segundo cuarto más pequeño de la casa, aunque en realidad no me preocupa, es mas grande que muchos de los de mis amigos, que dicen tener ellos, unos de los más grandes cuartos de sus casas. Lo único que me incomoda es que tengo que bajar muchas mas escaleras que mi madre, cuya habitación es en el 2º piso.

Cuando al fin llego al comedor, todos están sin probar el desayuno y me avergüenza un poco de que me tuvieran que esperar. El desayuno esta rico, son huevos con tocino, jugo de mora, tostadas con mermelada de piña y galletas de soda.

- Ya falta año y medio para finalizar bachillerato, ¿ya sabes que quieres ser cuando finalices tu etapa en el colegio?- me pregunta Raúl y casi escupo el sorbo que estaba tomando de jugo. ¿Qué si me lo he preguntado? Pues claro, pero tengo miedo, que tan solo sea una ilusión mia, sin sentido y que tan pronto demuestre mi "talento" no surja éxito, no se si responderle sinceramente, puedo decirle que aún no me lo he preguntado, pero antes de pensarlo, ya mi boca ha optado por responder sinceramente.

- Creo que me gustaría ser escritora, supongo que tengo talento- apenas digo la última palabra, Marta esta muerta de la risa, pero al instante deja de reírse cuando ve los ojos de Raúl puestos en ella, con una mirada asesina. Andrés empieza a decir: - Respetuosamente Marta, no encuentro el chiste en que Carla quiera ser escritora, yo he leído muchas de sus historias y verdaderamente son fascinantes- termina diciendo y yo me siento agradecida por querer defenderme, ya que se, la vergüenza que mi madre esta pasando.

Andrés nunca ha leído una historia mía, pero le agradezco el hecho de que haya mentido para defender mis escritos,  no he permitido que nadie lea mis historias desde aquella vez cuando le mostré a Marta un cuento, recuerdo tener 9 o 10 años de edad y mi madre se empezó a reír y me dio a entender que todo lo que hacia era una basura. Raúl me saca de mis pensamientos diciendo: - Pues, ¡lo hubieras dicho antes! Yo tengo muchos amigos escritores, soy amigo de editoriales, con solo decirme yo te puedo ayudar a que inicies tu carrera.

Con el ritmo que he llevado mi vida, se que no es algo apresurado, antes es algo que se ha demorado en llegar, pero no estoy lista, para afrontar todas las críticas que se que habrán, no quiero ver la dicha de mi madre si ve que no logre nada, entonces optó por agradecer la buena fé de Raúl y proponerle:
- Gracias por creer en mi talento, pero creo que esto no es muy sano de tu parte, el hecho de publicar algo que ni siquiera has leído puede causarte problemas en el caso de que,   solo sean ilusiones mías y no tenga tal talento. Te propongo leer unos de mis escritos, el que  quieras, y si te gusta aceptare tu propuesta- digo con una media sonrisa, no puedo evitar  pensar que podría ser un éxito, me meto en mis pensamientos y me emociono de tal manera que mis ojos se ponen vidriosos

- Pues trato hecho- dice Raúl sacándome de mis pensamientos- que gusto que sea uno de los primeros en leer tus escritos- y después de esto me regala una sonrisa de oreja a oreja.

La carcel de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora