Capitulo 5

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- Tomate esta aspirina - me dice la enfermera quien me retira el algodón con alcohol de la nariz, me había desmayado.

- Cierra los ojos, duerme un rato y no te preocupes todo estará bien - me dice Andrés con muy poco convencimiento.

No entiendo cómo esperan a que este tranquila después de ver la pierna de Raúl desprendida de su cuerpo, y que todo eso es ¡culpa mía!
- Raúl estaría perfecto, de no ser por una estupida consentida, es que ¿no te has dado cuenta? ¡El sentido era quemar tus escritos fracasados! ¡No a el! ¿Satisfecha?- me dice Marta seria, quien a continuación se pone a llorar.

Mi madre deja de llorar al instante, cuando nos llaman, Raúl ha perdido la movilidad de su brazo izquierdo y ha perdido su pierna derecha, ¡es que no era para menos! El médico nos dice que fue prácticamente un milagro, porque estaba muy quemado y el aire se había vuelto tóxico en ese momento, de unos segundos más y el habría fallecido.

- Te felicito Carla
, si tu no hubieras sido tan valiente, ¡No estarían en el hospital sino en el entierro! - me dice el doctor, todos lo miramos con cinismo, el se percata de lo que ha dicho y se excusa. ¿Me felicita? Si no fuera porque quise rescatar los escritos, Raúl estaría en su casa y la historia seria que perdimos nuestra casa, no que también el perdió su pierna y la movilidad de su brazo, era lo mínimo que podía hacer...

- ¿Se admiten visitas?- le digo al doctor, bueno prácticamente le grito al doctor, ya que se había marchado y no me podía escuchar.

- Si claro, pero solo una persona puede ingresar al cuarto y unos 5 minutos por mucho, debe descansar - dice el doctor, que se devuelve de inmediato ante mi llamado, acompañado de una sonrisa alegre, la cual es aplacada con las caras tristes de nosotros.

- ¿Hay nescesidad de internarlo?- pregunta Andrés quien no ha llorado, claro esta que es por nuestra presencia y no porque no quiera, nunca le ha gustado llorar en público.

- ¿Me hablas enserio? Pues claro que hay que internarlo y no solo por un día, creo yo que debe permanecer en la clínica, al menos unos 30 días o más, afortunadamente no se han presentado infecciónes, pero hay que curarlo, fue muy grave lo que ocurrió y como dije anteriormente es un milagro que este a salvo, en la cara no presentó mas que quemaduras superficiales que se pueden curar. - dice el medico con cara de incrédulo ante la ignorancia de Andrés - Ah! Y lo olvidaba aún no se pueden ir, la policía viene en camino, necesitan saber como ocurrió todo - seguido de esto se marcha.

No voy a decir a la policía porque fue el incendio, no quiero más problemas, con esto estoy agotada, me podrían llevar a un instituto mientra me adoptan y así vivo bien, esta libertad me agrada y además me se cuidar desde muy pequeña, no necesito que nadie me cuide.

Marta tiene cara de asustada, le digo que no diré nada a al policía, claro que vale aclarar que a Raúl y a Andrés si que les contare todo.

Una enfermera llega a las sala de espera, donde nos encontramos y nos pregunta quien es el que entrará a ver a Raúl, yo quiero entrar, ofrecer mis disculpas y ver como esta, pero ni madre a decidido decir que ella será la que lo visitará. La gota que derramo el brazo, - ¡Ya basta! Iré yo - digo y pienso que me tiene que dejar ir porque a llegado la policía y con mi mirada le he dado a entender que o voy yo o hablo y se ella sabe que se la podrían llevar,
porque alguien pudo haber salido herido o muerto y muchos mas problemas que esto trae.

La carcel de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora