Cap. 4 Espera... kha?

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Notita de la escritora: porfitas déjenme likes y comentarios pa motivarme es re sad entrar, ver que hay vistas y nadie deja ni like ni comentario TwT

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Luego de las duchas sin aparente problema ella se había puesto su pijama por lo que tras ducharse él se creó una linda pijama azul para poder salir del baño aunque aún llevaba todo el cabello mojado. La chica le acomodó su cabello con un cepillo y lo secó con una pistola de aire que a él le molestaba en los oídos sensibles.

Alastor B: Nooooo para, odio ese sonido –el chico se tomaba de las mejillas en total desesperación.

Tn: Es solo un momento –metió las manos en su cabello tratando de separar los mechones para secarlo mientras el chico se tensaba a ojos cerrados.

Secó lo mejor que pudo su cabello quedándole un poco esponjado especialmente en el nacimiento de sus oreja, él ladeó la cabeza con un gesto triste y la miró melancólico –prefiero que se seque sólo, esa máquina es lo más horrible que he tenido que soportar –dijo con un puchero.

--No llores ven que te hago cariñitos –dijo extendiendo su brazos hacia él.

Él inmediatamente se abrazó a su cintura apoyando la cabeza en sus piernas, suavemente empezó a sollozar. Ella acarició su cabello y orejitas para calmarlo, él se puso tan contento que de pronto su rabito comenzó a moverse bajo el camisón de su pijama descubriéndose.

Ella sonrió no había notado que también en su forma humana tenía su cola, quizá por el saco, enternecida siguió haciendo caricias en su cabeza y orejas hasta que se dio cuenta que había cometido un pequeño error. El ciervo se había quedado dormido abrazándola cual almohada, ahora cómo saldría de ahí para acomodarse a dormir sin despertarlo.

A pesar de ser delgado pesaba bastante, intentó soltar primero sus manos de alrededor de su cintura, hecho esto acomodó una almohada a un lado para tratar de rodarlo a un lado y así dejarlo dormir. Trató de escurrirse por debajo de él logrando empujarlo lo suficiente casi girándolo para acomodarlo cuando el peliazul se estiró sujetándola, la bajó usando los brazos y piernas tal cual lo haría un perezoso quedándose así.

Con los ojos bien abiertos se quedó la chica en modo almohada en los brazos de aquel chico ciervo, no le molestaba ciertamente así que pronto se quedó dormida.

En la mañana siguiente se despertó con el sonar de su celular por la alarma, estiró el brazo pero él la sujetaba con fuerza, le dirigió la mirada incrédula de lo realmente pesado que tenía el sueño, la alarma sonaba cada vez más fuerte pero el tipo ni se inmutaba, dormía plácidamente con la boca ligeramente abierta emitiendo en momentos pequeños bramidos casi imperceptibles, pero ella los escuchaba perfectamente al estar demasiado cerca.

Dormía tan apaciblemente que le daba algo de pena despertarlo sin embargo de no hacerlo estaría llegando tarde a la escuela si no se ponía en pie en los siguientes minutos.

Tn: Alastor... –le llamó suavemente tocando varias veces su mejilla –Alastor por favor despierta.

Alastor B: No, no quiero –el chico se removió acurrucándose al tiempo que la apretaba un poco.

Tn: Vamos, llegaré tarde a la escuela.

Alastor B: Odio la escuela, no quiero ir.

Tn: No tu niño, suéltame debo irme –ella lo empujó un poco, él la soltó y aún con los ojos cerrados se giró para abrazar la almohada que le quedaba a un lado, casi inmediatamente volvió a hacer esos ruiditos de estar durmiendo.

La chica se sentó en la cama mirándolo sin poder creer su gran capacidad para seguir durmiendo a pesar de todo, el sonido de su alarma estaba insoportable; la puerta retumbó con tres golpes fuertes.

Gertrudis: ¡Tn! ¡Apaga esa maldita alarma!

Tn: Perdón, ya estoy despierta... --la chica se apresuró a apagar la alarma.

Rápidamente se puso de pie, tomó un baño, se peinó y vistió a la mayor velocidad posible saliendo tan de prisa que se olvidó de su lunch en el sofá de la sala.

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En la segunda hora clase la chica recordó que no tenía ni comida ni dinero suspirando por la decepción, el profesor hablaba como merolico sobre su segundo divorcio con el tema pendiente de un proyecto que deberían estar empezando en ese momento y que sabía que les pediría como si en verdad lo hubieran empezado a tiempo. De pronto la puerta del aula se abrió dejando entrar a la rectora.

Rectora: Buenos días profesor ¿Me permite?... buenos días alumnos, tenemos un nuevo estudiante en clase, viene... de intercambio –dijo la mujer leyendo un documento un poco opaco –espero lo reciban con respeto y le ayuden a incorporarse –se giró a la puerta, como todos los ojos presentes –pasa.

Era un chico de cabello castaño, ojos grandes de color azul y gafas, vestía ropa algo anticuada y llevaba una extraña mochila de piel café. Ese moño en el cuello y sus brillantes ojos azules le hicieron reconocerlo de inmediato, buscó con sus ojos los de ella sonriendo al encontrarlos.

Entró al salón pero apenas había dado unos pasos cuando sin notar el desnivel calló estrepitosamente al suelo sin meter las manos. Todos los compañeros empezaron a reír siendo reprendidos por el profesor. La chica se levantó casi de inmediato impulsada por la inercia corriendo hasta donde estaba él empujando con los brazos para levantarse, ayudándolo.

Tn: ¡Cállense! Parecen animales, que vergüenza que se porten...

La chica dejó de hablar cuando sintió los brazos en su cintura, ahí de rodillas junto a ella estaba el nuevo estudiante abrazándola, con la cara roja volteó abajo para encontrar sus ojos llorosos en su cara gimoteante.

Alastor B: e- eres tan... bu- buena conmigo... buaaaaaa –empezó a llorar dejando mudos a todos los presentes que no daban crédito a la escena.

La chica pensó que se desmayaría de la vergüenza que sintió de repente.

Luego de aquel horrible bochorno en el salón, el chico se sentó por fin en una butaca del aula junto a ella, el resto de alumnos pensaron que el alumno de intercambio simplemente tendría alguna condición que explicara su conducta errática de forma que dieron espacio simplemente tratando de no volver a molestar; al menos la mayoría ya que en especial un grupito de estudiantes estaban planeando fastidiar al fenómeno en cuanto se pudiera.

Durante el receso por fin tuvieron tiempo de sentarse a platicar en unas banquitas de la cafetería.

Tn: ¿Qué se supone que haces aquí?... ¿Cómo lograste entrar para empezar?... ¿Cómo que estudiante de intercambio?... Creo que nuestra escuela ni siquiera está en ese tipo de programas

Alastor B: Tengo muchos trucos, me encantaría enseñarte todo lo que sé hacer –le sonrió a la chica con sinceridad –vine porque no quería estar solito y también porque dejaste esto.

Al decir esto sacó de su extraño maletín/mochila el lunch que se había olvidado, además de una caja de metal en la que al parecer llevaba su propio desayuno. Ella bajó los hombros con una sonrisa en el rostro, la actitud de aquel joven le era sumamente extraña y en su cabeza seguían aquellas preguntas rondando, cómo era posible que lo quisieran matar por un pastel, quiénes eran los que lo seguían. Aún con eso desayunaron juntos mientras conversaban, ella trataba de ponerlo al tanto de cómo eran las cosas en esa escuela.

Un leve resplandor azul proveniente del chico le sacó de concentración fue un leve destello que pareció parpadearle en el pecho.

Alastor B: Oh, no

Tn: ¿Qué sucede?

Alastor B: Mi poder está bajando por estar lejos del infierno tanto tiempo.

Tn: El... ¿Infierno? 









Escritora: aayyyyyy esq te lo imaginas de compañero xdxd por cierto amixes disculpen ustedes la tardanza esq mi coescritor de la otra historia me apresura con esa y ps ps no puedo todo TwT los quiero bye

Alastor Blue y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora