𝗢𝗢𝟮 • despertar.

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Corría libremente por el agradable bosque, el viento jugueteaba con su cabello azabache y los rayos dorados del sol que se filtraban a través de las hojas acariciaban su rostro

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Corría libremente por el agradable bosque, el viento jugueteaba con su cabello azabache y los rayos dorados del sol que se filtraban a través de las hojas acariciaban su rostro. Sus oscuros ojos brillaban con alegría conforme daba un paso más cerca a su ansiada libertad.

Pero de repente todo cambió, lo que antes era una imagen cálida del bosque ahora se había tornado oscuro, las sombras se alargaron y el aire se volvió denso.

En un instante se encontró parado frente a una persona desconocida, tendida en el suelo. Sin comprender como había llegado allí, se vió a sí mismo inclinándose sobre ella, sus ojos brillando en un resplandor carmesí. Su cuerpo no pudo resistirse cuando un ardor molesto comenzó a crecer en su garganta de forma descomunal y, en menos de un segundo, ya se encontraba bebiendo del cuello de la persona.

Y cuando finalmente se llenó y se alejó, pudo darse cuenta de que ahora esta ya no respiraba.

Él la había matado.

Roth Jang se despertó de golpe, su corazón latiendo lentamente pese a la pesadilla que acababa de tener. Respirando agitadamente, observó a su alrededor y se encontró con que estaba en una habitación que no conocía. La confusión se apoderó de él mientras intentaba comprender en dónde se encontraba.

Se levantó lentamente, o eso quiso al menos, porque en menos de un segundo ya se encontraba sentado. Parpadeó repetidamente en un ligero estado de estupefacción. —Despertaste... —una voz algo infantil pero melódica se escuchó a su costado, volteó inmediatamente y observó algo confundido a una niña. Era de no más de diez u once años, con grandes y curiosos ojos oscuros, con ondas rubias cayendo sobre sus hombros, y una belleza elegante y aniñada que la hacía resplandecer.

Le pareció conocida. Pudo notar como la infanta le sonreía de forma cálida, aunque también se percató de la ligera inseguridad que esa sonrisa trataba de ocultar. Abrió la boca para poder preguntar quién era ella, pero una molestia en su garganta lo obligó a cerrarla de vuelta y sujetar su cuello. Se sintió incómodo y casi desconcertado.

𝐌𝐀𝐋𝐃𝐈𝐓𝐎 ; teen wolf.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora