Luego de terminar con una tóxica relación, Hoseok conoce a Min Yoongi quien de inmediato se convierte en su socio colaborador, pero más allá de dedicarse exclusivamente a trabajar a su lado, comienza a desarrollar sentimientos por él. Yoongi llega a...
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Jin continuó muy asombrado por la confesión de su amigo, porque aunque no lo estaba asegurando, ya era una gran mejoría escuchar que Hoseok ya no estaba tan enamorado del hombre que tanto daño le había hecho.
—¿Lo crees?, es muy obvio que ese hombre te gusta.
El castaño levantó la cara y negó lentamente.
—No lo sé... es decir... Yoongi es muy lindo y no solo físicamente —explicó en medio de una sonrisa—. Quizás sea a la cercanía del trabajo y nada más.
El rubio se levantó cuando sintió su estómago protestar de hambre.
—Sí, claro, la cercanía... Vámonos ya y me invitas la cena.
Hoseok se levantó con él y tomó sus cosas.
—Bien, solo guardaré esto.
Ambos se encaminaron a la salida de la sala, Jin abrió la puerta y lo dejo pasar primero.
—Oh, por cierto, olvidé comentarte que hace un rato te llamó el CEO de Face, personalmente él pidiendo una cita para hablar contigo.
Confundido, Hoseok guardó los cuadernillos, la caja de lápices y estilógrafos, y las carpetas en un estante de puertas de cristal dentro de su oficina.
—¿El CEO de Face?
El rubio se encogió de hombros en tanto se sentaba en el borde del escritorio y hojeaba una revista.
—Tal parece que las novedades vuelan, se enteraron de que Agust D está trabajando contigo y los demás vendrán para lo mismo.
—Pues diles que en los próximos par de meses no tengo espacio en la agenda, ahora mi prioridad será Yoongi y Jack in the box, no tengo tiempo para nada más —se acercó a él para tomar su bolso a un lado de su trasero.
Pero Jin solo atinó a sonreír con diversión mientras levantaba y bajaba las cejas.
—Yoongi tu prioridad, ya veo...
El castaño rodó los ojos y se sentó un momento en su silla.
—Solo es trabajo, Jin, entiende... No sé nada de Yoongi, no sé nada acerca de su vida personal. Quizás sea un tipo casado y con hijos, perrhijos o gathijos, yo qué sé.
Su amigo sacó su teléfono móvil del bolsillo interior de su chaqueta y lo exhibió como una gran opción.
—Aquí tenemos al bendito internet, solo basta con teclear las nueve letras de su nombre.
Pensándolo un momento con mucha timidez y angustia, inmediatamente Hoseok asintió deprisa señalando el aparato.
—Bien, busca, pero dudo mucho que...
Los dedos de Jin se pasearon rápidamente por el teclado y presionando en la lupa de búsqueda, enseguida aparecieron cientos de resultados.
—Soltero —informó interrumpiendo—, completamente soltero hasta que pronto aparezcas aquí como su cónyuge.
