5

842 71 1
                                    





Jungkook creía que tenía un gran problema pero no quería aceptarlo del todo. Los celos, tantos y tantos celos que actuaba impulsivo. Ciertamente nunca había recurrido a la violencia, lo que siempre hacía era aislarse de todos, como un tipo de castigo para sí mismo, aceptando que realmente no contaba con nadie a su alrededor, o bueno lo que sus pensamientos nada normales le hacían creer.

Ese día se dispuso a buscar a Yoongi y tratar de solucionar el problema que habían tenido, sin embargo allí estaba. Celoso de que mirará a alguien más de aquella forma, tan celoso de como sus manos se juntaban sin querer, de la sonrisa, la cercanía, de absolutamente todo. Y aunque Yoongi luciera tan tranquilo sin siquiera prestar demasiada atención a su alrededor, su supuesto novio ya tenía miles de películas rodando en su mente.

La multitud estaba saliendo de los salones para dirigirse a otro, entonces el pelirrojo se despidió de este amigo incógnito sin más contacto que solo un gesto con su mano, para caminar a su salón al final del corredor, lo que no espero fue ver a Jungkook caminando de frente y se detuvo creyendo que aunque sea un saludo bastaría pero el más alto pasó a su lado de largo, entonces supo que malinterpretó todo y no le sorprendió estaba comenzando a dudar si habría un cambio en él y era una pena porque realmente no era un mal chico.

¿qué le gustaba de Jungkook? bueno era algo difícil de contestar, las primeras veces que interactuo con él de manera directa fue en el dormitorio, cuando se dispusieron a arreglar las paredes y comprar algunos muebles, después de todo sería su hogar por largos años de carrera, recuerda que Jungkook lo ayudó a instalar una lampara en el techo pues él no alcanzaba incluso con las escaleras.



Después de eso se dispuso a compartir con él detalles de su jornada incluso si el más alto solo permanecía en silencio escuchando, reconocerlo en los pasillos y saludarlo en la cafetería para unirse a él y que no tomará un café solo, y podrían ser mínimos detalles pero dos años le costaron. Obviamente consiguió que Jungkook confiara o al menos eso creía para ahora ser el mismo grandulon quien lo buscaba entre el campus o le comprará algo de comer sin siquiera pedírselo.


Jungkook empezó a cuidarlo cuando se enfermaba, a compartir su tiempo y eventualmente su rutina. Y no fue hasta que en una partida de ajedrez, luego de haber perdido por cuarta vez en jaque mate, fuera el campeón quien lo besara, todavía se preguntaba de dónde sacó valor para hacerlo, pero desde allí en ese momento lejos de asustarse le correspondió, entonces todo se volvió perfecto para ambos.


Yoongi no era coqueto en ningún sentido, al contrario siempre fue reservado, si tenía amigos capaces de invadir su espacio personal con abrazos, sosteniendo su mano, incluso besos en su mejilla, pero no creía que tuviera algo de malo, es decir entre esos gestos jamás se le pasó por la cabeza que pudiera significar algo. Entonces tener a Jungkook con sus constantes muestras de enfado por verlo compartir de aquel modo con quienes consideraba "hermanos" era algo chocante.


Por un lado se obligaba a comprender que una traición de parte de su ex-pareja con quién en su momento fue su mejor amigo debió dejar secuelas en un Jeon adolescente, pero ya ambos eran adultos. No le molestaba los gestos de posesividad al contrario se sentía atraído por estos, una mano firme rodeando su cintura, un beso descuidado no muy discreto, incluso el sentido de pertenencia le gustaba pero todo tiene un límite.

Fuera de la tensión entre ambos empezaba a volverse frustrante, al punto que Jungkook tuviera celos de su ya muy conocido grupo de amigos y siempre mantuviera una faceta ruda con ellos ante la mínima interacción, solo había conseguido que lo vieran como alguien no muy estable para ser su novio llenándolo de advertencias sobre su actuar y que incluso temieran que en algún punto se salga de control.

Aunque Yoongi creyera fielmente qué eso no sucedería, puesto que en esos largos años de relación nunca experimento ningún tipo de maltrato, no era alguien violento o que su primera reacción sea explotar si lo veía con alguien, sentia qué los celos de Jungkook no eran tanto de un histérico posesivo sino de un inseguro e insuficiente para retener a sus parejas. En pocas palabras creer que su novio se culpaba a si mismo por las traiciones y aburrimiento de sus antiguas parejas, causando el fin de la relación tenía demasiada lógica para él.

Entonces trataba de ser lo más perfecto posible y ante la mínima interacción suponía que acabaría dejándolo. Llegó a plantear una separación pero entonces Jeon sería el tipo de ex que nunca más vuelves a cruzarte en tu camino por lo que decidió poner empeño en volverlo diferente, ser quien marque un cambio en el pelinegro, como un instinto salvador, pero siempre que él mismo pudiera disfrutar del Jungkook mejorado.






🍷







Llegó al dormitorio más tarde después de tomar un trago entre amigos, el más alto estaba allí esperando por él, con su pijama ya puesta y una expresión decaída se miraron por algunos segundos y tan pronto dejó su bolso en el sofá sintió el peso extra de aquel hombre estrujandolo en un abrazo.

Realmente estaba cayendo en el juego de intentarlo una y otra vez, había dicho que finalmente tomaría una decisión pero todo lo que salió de su boca fueron mentiras, la respiración de Jungkook estaba tan nítida sobre su oreja, estaba susurrando palabras de lamento suplicando por él, ya no podría ser correcto pero ya estaban de vuelta. Buscó a tientas sus labios y cuando los unió a los suyos dejo de obedecer cualquier regla básica.

Jeon lo sostuvo en peso llevándolo a su habitación donde quedarían atrapados, mezclandose tantas veces para permitirse creer en el amor que profesaban.






¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Amore mio | mini historia [KOOKGI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora