Luna
— ¿Te apetece venir a pasar el día conmigo? — Pregunto a mi chico en cuanto descuelga el teléfono.
— Claro que sí, ¿a Anna no le importa?
— No está. Se ha ido a pasar el día fuera con Josie y Charlie, así que estoy solita en mi habitación.
— Interesante — susurra. — Enseguida estoy allí.
¡Qué emoción! Me muero de ganas de pasar el día con Derek, aunque no estaremos solos del todo. Esta tarde iremos a ver a mi abuela. Tengo un nudo en el estómago de lo nerviosa que estoy. No la veo desde que volvimos de vacaciones y ahora que vivo en Seattle tengo que aprovechar para verla todo lo que pueda.
Veinte minutos después llaman a la puerta, abro y me lanzo a los brazos de Derek. Sus fuertes brazos me sujetan y siento que me derrito en cuanto me toca. Él es mi hogar. Devora mi boca como si fuera la primera y última vez que me besa y cierra la puerta de una patada.
— Hola amor — saluda en cuanto nos separamos.
— Hola — susurro.
— Tenía muchas ganas de verte. Te echo mucho de menos.
— Yo también, no sabes cuánto.
Me baja al suelo y cojo su mano.
— ¿Qué tal van las clases? ¿Cómo fue la semana? — Le pregunto.
— Bastante cañera, la verdad. Los profesores no se andan con tonterías.
— Ya, los míos tampoco. Aunque hay una profesora, Elizabeth Rogers, que me encanta. Su asignatura se llama Técnicas de excavación y me fascina todo lo que nos cuenta. Se nota que ella ha participado en unas cuantas. Me recuerda mucho a Jurassic Park.
— Me lo puedo imaginar — dice riendo. — Me encanta ver la pasión con la que hablas de ese tema. Vas a ser una gran paleontóloga.
— Ojalá. Me encantaría trabajar de ello. Aunque supondría tener que estar separados o mudarnos cada cierto tiempo — la verdad es que no lo había visto así.
Desde que soy pequeña ha sido mi sueño dedicarme a esto pero porque nunca he tenido nada que me atase. Sabía que mis hermanos al final aceptarían que yo trabajase fuera y, aunque son importantes para mí, no es igual que teniendo pareja.
Al final cada uno va a hacer su vida de una forma u otra, pero teniendo pareja y planes de futuro todo es más complicado.
— No pienses en eso ahora — dice Derek cogiendo mi barbilla con su mano. — Ya se verá. Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él. ¿Vale?
— Vale. ¿Qué te apetece hacer hoy?
— Me apetece hacerte de todo — susurra.
— ¡Vaya! A mí también.
Me tiro encima de él y comienzo una guerra de cosquillas que sé que no voy a poder ganar.
Como pensaba, me ha ganado, aunque me ha dejado llevar ventaja durante un buen rato.
Nos hemos hecho unos sándwiches y hemos comido viendo una película. Nos recostamos en la cama y cierro los ojos, pero soy incapaz de dormir. El calor que irradia su cuerpo, sentir sus abdominales marcados bajo mi mano, su olor... Ese olor...
No puedo evitarlo, no quiero controlarme y beso su cuello. Le beso lento, le lamo, le muerdo y juego con el lóbulo de su oreja. Reacciona enseguida y, aunque tiene los ojos cerrados, suelta un gruñido. Se acomoda bien y levanto su camiseta. Hago un camino de besos desde su clavícula hasta su bajo vientre, le muerdo por encima del pantalón y cojo su más que evidente erección.
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Love en Seattle (Love #3)
Teen FictionLa época de instituto ya pasó, ahora toca crecer e... ¡ir a la universidad! Fiestas, alcohol, descontrol... Eso es lo que buscan pero no todos encuentran. Luna lo tenía todo planeado pero al final nada ha salido como esperaba. Derek y ella deben vi...