Capítulo 14

2.1K 254 93
                                    

¡Holaaa! Pensaba que hoy era miércoles, podéis haceros una idea de la cantidad de cosas que tengo en la cabeza😅
En fin, que voy a mil, así que tampoco tengo tiempo hoy para las preguntas. Id dejando comentarios a medida que leéis, como la semana pasada. Es capítulo importante, así que estaré atenta a vuestros comentarios jajaja.

 Es capítulo importante, así que estaré atenta a vuestros comentarios jajaja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

EMILY

Después de que Cole me acompañe a la parada del autobús y me haga prometerle cuarenta veces que le llamaré si sucede algo, me cambio en el vestuario para hacer frente al turno de tarde. No me apetece nada y me hubiese quedado echando la siesta con él encantada, pero tengo que trabajar, así que no me ha quedado más remedio.

En cuanto pongo un pie en el pasillo de la planta en la que trabajo con pacientes de traumatología, una compañera que está saliendo del turno de mañana se aproxima con el rostro contraído; inmediatamente mi cuerpo reacciona y se me encienden todas las alarmas.

—Em, ¿cómo estás? —consulta a la vez que apoya una mano en mi brazo—. Menudo cabrón el que le haya hecho eso, espero que lo pillen pronto.

—¿De qué me estás hablando? —Frunzo el ceño temiéndome lo peor y rezando internamente para que no sea lo que pienso.

—¿Cómo-cómo que de qué hablo? —Dibuja una sonrisa confusa y me guía hasta la habitación 215, abre la puerta y me hace una señal para que entre—. ¿No lo sabías?

La tabla con todos los informes que llevo entre las manos, y los cuales aún no había revisado, se me resbala entre los dedos al mismo tiempo que la respiración se me atasca en la garganta. Trey abre los ojos por el ruido y clava sus pupilas en las mías mientras traga saliva.

—Emily —dice dibujando una pequeña sonrisa—. Por fin has podido venir, cariño.

—Os dejo solos... —Escucho cómo dice mi compañera desde atrás, aunque realmente su voz se pierde dentro de mis oídos sin llegar a prestarle mucha atención.

Puedo notar cómo se me entumecen las manos y las piernas empiezan a temblarme; soy incapaz de reaccionar.

—¿No vas a decir nada? —pregunta cambiando el semblante a uno más serio—. Supongo que sabrás quién me ha hecho esto.

Me fuerzo a tragar saliva y a agacharme para recoger los papeles, me aliso el pelo con las manos y miro a mi espalda cuando la puerta vuelve a abrirse.

—¡Por Dios! —exclama Amanda, otra compañera, al mismo tiempo que abre los ojos con fuerza con fuerza y va hasta los pies de la cama para leer el informe completo de Trey—. ¿Cómo no me has dicho nada? —pregunta a la vez que desvía la mirada hacia mí un momento—. Em, ¿estás bien?

—Sí-sí. —Lleno mis pulmones de aire y trato de sonar calmada—. Perdona, tengo demasiadas cosas en la cabeza.

—¿Quién te ha hecho esto? ¿Lo has denunciado ya? —le pregunta directamente a él.

La debilidad de Cole Monroe [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora