𝐁𝐥𝐨𝐬𝐬𝐨𝐦𝐢𝐧𝐠 𝐋𝐨𝐯𝐞 [𝐊𝐚𝐠𝐢𝐇𝐢𝐫𝐚]

2: 𝑴𝒊𝒆𝒅𝒐.

"Quise ocultar mis sentimientos hasta desaparecer del mundo, pero ellos eran más fuertes que yo mismo y se escaparon de mi interior".

¿Puedo confesarme otra vez?

Pensando una y otra vez, Hirano caminaba ansioso por los pasillos. Sus dedos dolían de tanto morder sus uñas y su mente no paraba de pensar en la confesión de Kagiura.

—¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? —se repetía a sí mismo. Se cuestionó cuando fue que las cosas se tornaron de esta manera y el por qué nunca se dio cuenta de nada.

¿Comenzó al conocerse? ¿Después de eso?

Entre tantos pensamientos, pensó en Niibashi, ahora él quizá era el único que podía ayudarlo. Decidido, fue hasta su aula para arrastrarlo con él afuera. No fue necesario buscarlo, pues lo encontró en uno de los pasillos junto a algunos compañeros.

—Oye. —Hirano alzó la voz para llamar su atención. Niibashi lo miró hostilmente. —¿Puedo hablar contigo?

—Los veré en un rato. —les hizo saber a sus amigos y caminó hasta donde Hirano. —Ya íbamos a clases. —se apresuró a informar.

—No se trata de eso. —dijo el mayor. Niibashi lo sabía, pero no quería hablar con él. —Por favor, tienes que decirme todo lo que sucedió antes de esto. —colocó sus dedos sobre su seño y habló casi en súplica.

—¿Qué más necesitas saber? Él ya te dijo, ¿no? —Niibashi se cruzó de brazos. Su actitud hacia Hirano era indiferente, estaba resentido con él por ser la causa de la enfermedad de su mejor amigo.

—Él no... —Hirano negó. —Solamente me dijo que está enamorado de mí, pero... Yo quiero saber cómo comenzo.

Niibashi ni siquiera podía recordar el momento exacto en el que comenzo todo. Al retroceder vagamente en el tiempo, él recuerda que un día de repente Kagiura sólo comenzó a hablar todo el tiempo de Hirano. Hirano esto, Hirano el otro. No había tema de conversación que no cambiará su flujo y terminara en Hirano.

—Hirano-san.

—Hirano-san.

—Hirano-san.

Esas interminables conversaciones con Kagiura sobre su amor por Hirano: felicidad, quejas, tristeza, todas esas pequeñas emociones y acciones, se lo hicieron saber. Y, aunque pareciera que Kagiura ni siquiera lo notaba, Niibashi entendió desde un inicio que Kagiura se había enamorado.

Podría afirmar que fue en ese momento que todo comenzó a ir mal.

Sin siquiera pensarlo, el inicio de la enfermedad llegó como el invierno y Niibashi fue el primero en darse cuenta de ello. Incluso mucho antes que el mismo Kagiura.

La primera vez que el Hanahaki se presentó fue un día de verano, el calor estaba en su punto máximo y Kagiura colapsó en medio de las actividades deportivas. "Debe haber sido un golpe de calor", fue lo que Kagiura dijo mientras cubría su boca con una servilleta; Niibashi, por su parte, sabía perfectamente que no era así. Un golpe de calor no te haría colapsar de esa manera mientras toses violentamente y la sangre comienza a fluir de tu boca.