Inestable
|
He estado preocupada por él.
Se fue luego de una fuerte pelea, dejando a mi papá raro, con dudas de por qué trabaja con el padre de Damon (si es que se le puede decir padre a un tipo así) y dejándome un problema a mí. Claro que, no fue su culpa; todo comenzó por mí.
Entonces, ahora que lo veo en frente de mí, sin una mínima característica de que ha pasado malos días, se me hace extraño. No me da buena espina. Lo noto demasiado tranquilo como para el problema que le habrá dicho a Braiden para que él ni siquiera esté descansando bien.
—¿Me extrañaron? —pregunta, casual, entrando a la cocina, me mantengo en silencio y papá es quien lo enfrenta.
—¿Qué haces aquí?
—Vivo aquí ¿No recuerdas? —agarra un vaso llenándolo de a agua de la llave y lo deja sobre la encimera, entre sus manos.
—Dejaste todo muy claro…
—Obvio que no. Aún falta. Y veo que Tatiana sigue sin saberlo —me mira y hago un movimiento con la cabeza.
—¿Qué pasa? —pregunto. Presiento que Wilmer si es capaz de decirme. Al final, parece que todo le importa… nada.
—¿Le cuentas tu o yo?
—Es un problema mío…
—Nos involucra a todos. Sobre todo, ella —mueve la cabeza a mí, con los ojos clavados en Braiden en quien noto un mínimo tic en la ceja. Es la primera vez que lo veo. ¿Nervios? ¿Está asustado por eso que dice Wilmer? —. No vuelvas a ser tan cruel con tu propia hija —le guiña el ojo y también noto que papá pasa saliva.
Me rasco la cabeza. Absorber tantos detalles me pone más ansiosa. Y ni siquiera llevo los lentes. Debo estar alerta, a pesar de que sigo un poco mareada.
—Tu no vas a hacer nada —la voz de papá me saca de mi mente, y desvío la mirada al vaso con agua. ¿Por qué no la bebe?
—¿Crees que no? —echa una risita burlona y lo miro—. ¿Entonces supones que vine por qué? ¿A ver cómo estabas? ¿Si estás en depresión? ¿Si Tatiana cayó en las drogas por esa mierda de foto? —cuestiona y frunzo el ceño, por su broma tan pesada—. Por cierto, tu compañerita de clases necesita ayuda psicológica —me dice sin mirarme, y por unos segundos, salgo de la conversación principal para hacer un leve asentimiento muy obvio.
—Realmente… ¿Cómo sabes? —hundo más el entrecejo, confusa—. ¿Que trabajas con Ian Clark?
—La pregunta del siglo —gira los ojos y los posa sobre mí—. Más tarde te enteras.
—Mira, Wilmer, no sé qué pretendes viniendo, pero mejor vete. Ya conseguí casa. Pronto me voy —miro a papá de golpe y este me devuelve la mirada—. Tú también.
—Que nostalgia me da de solo pensarlo —expresa, sarcástico—. Pero bueno, para no alargar las cosas… —los ojos azules de él, vuelven a mí con su típica mirada de indiferencia—. ¿Quieres venir un momento conmigo?
—¿A dónde? ¿De qué hablas? —trato de sonar más firme.
—A mi auto. Necesito mostrarte algo.
—No va a ir.
—Tu no hablas por ella.
—No voy a ir —secundo a papá.
Toma una profunda respiración y le da un pequeño giro al vaso, sobre sí mismo. Observo el agua moverse un poco. Lo único que rompe el silencio es el ruido del vidrio cuando levanta un poco y lo deja caer en el mismo lugar.

ESTÁS LEYENDO
Pisando los errores
RomanceEl día a día "tranquilo" y "normal" de Tatiana se verá afectado tras ciertas cosas que, la dejarán al borde de su... poca estabilidad (literalmente) Damon, el chico que siempre le ha gustado y conoce desde kínder, vuelve a acercarse cambiando algo e...